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Todos los hongos son mágicos - Arte para el café #14 | Revista Colibri
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Todos los hongos son mágicos – Arte para el café #14

Por Paula Colavitto
Diseño de portada Flor Nicolini


Complejos sistemas conectivos, misterios sagrados, alquimias medicinales, alimento, expansión, recreación, magia, vida, vida y más vida se esconden detrás de los hongos, las setas, los champiñones… los fantásticos mushrooms.


El Reino Fungi recuerda que se puede recurrir a los hongos como compañeros de vida, que ellos  están esperando (desde siempre) brindar herramientas muy necesarias para el bienestar y desarrollo humano y, por ende, para el bienestar y el futuro de la tierra y de toda vida que la habite.

Pero… ¿cuánto se sabe del reino fungi?

Hoy en Arte para el Café te invitamos a repensar las formas de habitar el planeta con una conversación con Soledad Barruti, periodista argentina especializada en alimentación, escritora y co-fundadora de Bocado, una red latinoamericana dedicada a investigar temáticas vinculadas a la alimentación, los sistemas alimentarios y los territorios.  

En el universo fungi se le llama Homgosto al mes de agosto ya que en México es época de cosecha  y será justamente en este mes que inician una serie de 4 encuentros presenciales en la Ciudad de Buenos Aires llamado «Todos los hongos son mágicos», impulsado por Soledad y otres. 

Los encuentros «proponen un abordaje lento, profundo, riguroso y apasionante que será el comienzo de una aventura para siempre«.  Comenzarán el domingo 25 con «Hongos y salud mental», en el siguiente se hablará de «Hongos y expansión de la conciencia», luego «Hongos adaptógenos» y cerrará con «Hongos y naturaleza»

Además de ser un evento de formación que contará con la participación de especialistas y profesionales del tema -como psiquiatras, psicólogos, biólogos, bromatologos, educadores, entre otres-, será un evento cultural ya que también habrá artistas, poesía, feria y la presencia de la bailarina y performer Leticia Mazur, quien llevará adelante meditaciones guiadas. 

– Soledad, sabemos de tu recorrido dentro del periodismo de alimentación. ¿Cómo llega a vos la curiosidad por el Reino Fungi?  

Bueno, hay muchos hongos comestibles y, ¡me gustan mucho! Pero más allá de eso y de que siempre tuve una curiosidad por los hongos (desde muy chiquita me gustaban, me parecían como criaturas fascinantes), creo que son nuestra posibilidad de reconexión con la naturaleza y todo viene de la mano de mi camino con los libros y en el periodismo en el que me aventuré durante los últimos 12 años.

Tiene que ver con volver a reconectarnos con lo que es verdad, con lo que nos hace bien, con lo que le hace bien a la tierra, con saber vernos otra vez parte de la tierra. Con reconectarnos, eso es muy prometedor y viene de la mano del reino fungi. Asi que fue así, exploración y profundización de algo que ya vengo trabajando desde hace un montón de tiempo, no es algo distinto sino que está dentro de la misma línea. 

– Así como el Reino Fungi está tan lleno de magia y beneficios para el desarrollo de la vida y sus ciclos, como seres humanos tenemos también ciclicidad y capacidades conocidas y desconocidas, de destrucción y creación. En este proceso de asimilación constante, de crisis global  y dolor epistémico, de vaivenes emocionales y vinculares, ¿por qué es tan importante el reencuentro con nuestro propio cuerpo animal y sensible? ¿Qué prácticas recomendás para reconectar con ese animal?

– Hay un científico que trabaja sobre cambio climático y decía: “Los científicos podemos mostrar lo que hace al cambio climático y exigir cambios radicales en nuestras formas de producción y de existencia, porque tenemos todas las variables para ver lo que acontece y lo que va a acontecer si seguimos comportandonos de la misma manera, pero acá lo que hace falta es un cambio de conciencia y ese cambio de conciencia no tenemos ni idea de cómo provocarlo”.

Yo creo que gran parte de todo lo que nos pasa tiene que ver con la enajenación colectiva, con la anestesia que no es de ahora, no es contemporánea. Lo contemporáneo radica en la acumulacion de formas de adaptación  a un sistema que es violento, insensible y enajenante. Entonces, generaciones tras generaciones de adaptación a eso, cada una con su perfeccionamiento, deviene en esta sociedad, que es la sociedad de la no-afectación, sociedad a la que el mundo se le derrumba y no siente nada, yo creo que eso es lo peor que nos pasa.

El colapso es que no podamos sentir nada cuando vemos que todo se derrumba, que todo se incendia, que todo queda bajo el agua… Que nos vamos a quedar nosotres también así, con todo lo que amamos, que no podemos amar tan profundamente como para generar el cambio que hace falta, eso es lo peor como de la condena que tenemos hasta ahora.

Yo creo que esos ciclos de la humanidad se precipitaron hacia la destrucción pura y dura en el último tiempo, dentro de nuestra civilización, ¿no? Por supuesto, porque hay otras formas de vivir contemporáneas a la nuestra que no destruyen todo a su paso, y son las que curiosamente viven en relación con la naturaleza, en vínculo con la tierra, sabiéndose parte y no desde esta historia ridícula de la “dueñedad” sobre todo lo que existe.

En ese sentido, creo que el Reino Fungi tiene esa forma de volverse metafora y realidad, muestra que todo está conectado, que todo está vivo, que todo es hipersensible, que todo es transformable y que hace falta aventurarse a eso para que esa transformación sea posible.

– ¿Por qué la lucha por la soberanía alimentaria es imprescindible para comenzar a pensar y crear nuevos presentes y futuros posibles? ¿Cuáles son “las herramientas contra este fin del mundo” que mencionas en tus divulgaciones? 

– Yo creo que todas las causas que nos reconecten son imprescindibles: la soberanía de nuestros cuerpos, la soberanía alimentaria, la soberanía de nuestros partos, la de nuestra salud… la forma de reconexión, no de volvernos autónomos, porque no existe tal autonomía, siempre la existencia humana se caracteriza por ser enlazada en formas comunitarias que nos van enriqueciendo según cada uno sus saberes, que se multiplican y se abrazan.

El problema es que, así como comemos cosas de mentira, todo lo demás también nos lo creemos y nos lo comemos. En ese sentido, la comida es una información muy directa, pero los partos también lo son, la medicalización de toda la vida también lo es, nuestras formas de morir también lo son.

Lo que tiene de diferente la alimentación, es que te puede hacer, de una manera muy cotidiana, diaria y en todo momento placentera, una transformación somática que solo es… ¡maravillosa! Solo es benéfica, para vos, para la tierra, para los vínculos que establecés con todo eso.

Creo que esa es una de las herramientas contra el fin del mundo: empezar de a poco y de a mucho, esa forma de revinculación, de volver a historizar, de volver a narrarnos, en vínculos, en historias que sean más copadas que las que estamos contando, cuando no sabemos qué comemos, no sabemos lo que hacemos, cuando no podemos sentir, cuando no podemos pensar otras cosas, esa idea de que es “el fin de la imaginación” esta época, donde no podemos pensar salidas que no sean dentro de las dinámicas o dentro de la matriz que nos trajo hasta este mismo problema.

Es algo que urge. Volver a relacionarnos y volver a entramarnos mentalmente también con el resto del mundo vivo, que es mucho más creativo, dinámico, sensible y que tiene esa capacidad de rediseñarse. En ese sentido, los hongos son “la gran prueba” de que eso es algo que sucede todo el tiempo, los hongos están creando nuevos eventos de asimilación de transformación de readaptación todos los días, los hongos tragan y metamorfosean y hacen vida de residuos radiactivos, que sé yo. Tenemos que ver que la naturaleza es mucho más potente de la abstracción a la que nosotres la llevamos cuando la llamamos “naturaleza” y decidimos separarnos de ella. 

– Para cerrar, regalanos en una frase corta o una palabra,  alguna enseñanza o misterio develado por los hongos mágicos y las plantas sagradas.

Para mí lo más maravilloso a lo que me llevó el Reino Fungi y este camino en el que vengo recorriendo hace bastante tiempo, es que “Todo está Vivo”, todo está vivo y merecemos entonces nosotres también, todes, ser cuerpos vivos en un mundo vivo. Y eso le devuelve toda la magia a existir y le devuelve todo el sentido que hoy no tiene a muchísimas cosas.


“Todos los hongos son mágicos” se desarrollará a partir de este
domingo 25 de agosto a las 18 hs en Quetren (Barrio Chino CABA).
Para más información del evento ingresá
aquí. 

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