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80 años del obelisco | Revista Colibri
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80 años del obelisco

El obelisco, un símbolo de la ciudad de Buenos Aires, casi romántico y representativo de la sociedad, cumple ochenta años. Su figura fálica, en el centro del barrio de Microcentro porteño, mide 67 metros de largo, lo que serían 32 pisos de edificio, y representa un emblema de poder que ha sido comparado con los símbolos de la masonería y relacionado con la cultura a la que le hace homenaje.

Esta mole gigantesca tiene una base cuadrada de siete metros por lado y el revestimiento externo es de piedra blanca de oláen, extraída de minas ubicadas en las sierras de Córdoba. Es hueco aunque no parezca, y en su interior alberga una escalera de hierro que impulsa hacia arriba ese característico humor de los que viven en la ciudad. Tiene un pararrayos en la punta de su figura.

Asociado a la cultura del tango, el obelisco puede ser considerado un símbolo del machismo que alberga la cultura porteña, donde el poder del hombre por sobre la mujer, se construye desde mitos de virilidad sexual y roles en donde la mujer es poco menos que una cosa que puede llevar al hombre a sacar su animal interior.

Historia del monumento

Cuando se proyectaba la Avenida 9 de julio, «la más ancha del mundo», se construyó un gigante corredor en pleno Buenos Aires. Justo en el cruce con la avenida Corrientes, se construyó la Plaza de la República y allí se levantó el Obelisco como el homenaje de Buenos Aires al Cuarto Centenario de su Primera Fundación.

El intendente responsable de la obra era Mariano de Vedia y Mitre y el presidente, el General Agustín P. Justo. El diseño fue del arquitecto Alberto Prebish. El anuncio de la construcción del obelisco provocó airadas críticas de los vecinos y de los opositores al gobierno conservador. La prensa de la época cuenta de los cuestionamientos al presupuesto, relacionado con actos de corrupción. La construcción del futuro símbolo porteño, estuvo cargo de la compañía inglesa Siemens, Bawnion, Geope, Green & Bilfinger, y duró apenas cuarenta días. Unos 150 obreros trabajaron en dos turnos, salvando las dificultades que significaban los túneles del subterráneo construidos en aquella época.

También como símbolo y en otra variante interpretativa, relacionan al obelisco con aquel precario y grueso madero sobre el cual juró apoyando su espada Don Pedro de Mendoza en 1536.
Su construcción fue desarrollada en el sitio exacto donde flameó por primera vez en Buenos Aires la Bandera Nacional (la torre de la iglesia de San Nicolás, el 23 de agosto de 1812), y se inauguró formalmente el 23 de mayo de 1936 a las 3 de la tarde.

¿Qué dicen sus paredes?

En la pared norte: Avenida  9 de Julio
En este sitio en la torre de San Nicolás
fue izada por primera vez en la ciudad la bandera nacional
el XXIII de agosto de MDCCCXII

Apuntando hacia el oeste: Capital Federal
Ley dictada por el Congreso Nacional
el XX de septiembre de MDCCCLXXX a iniciativa del presidente
Nicolás Avellaneda decreto del presidente Julio Roca
VI de diciembre de MDCCCLXXX

La anteúltima pared, hacia el este y sobre calle Corrientes:
Buenos Aires a la República
En el IV Centenario de la Fundación de la Ciudad
Por Don Pedro de Mendoza
II de febrero de MDXXXVI

Y, finalmente, la pared sur dicta:
Segunda fundación por Juan de Garay
XI de junio de MDLXXX

El obelisco no fue tan querido por los porteños en un principio. De hecho, la oposición que se erguía políticamente en 1939, exigió y presionó a través de la prensa por la demolición del obelisco. Y ese mismo año, el Concejo Deliberante lo decidió, pero fue vetada la ordenanza en alegación de que el monumento era, en realidad, de propiedad nacional.

 

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