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Amor prohibido lleno de fantasía | Revista Colibri
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Amor prohibido lleno de fantasía

Crítica de cine por Julieta Belén Gallart Mongé

La forma del agua

Calificación: 7.5/10

Título original: The Shape of Water. Año: 2017. País: Estados Unidos. Director:Guillermo del Toro. Guion:Guillermo del Toro y Vanessa Taylor. Elenco: Sally Hawkins, Michael Shannon, Richard Jenkins, Octavia Spencer, Doug Jones y Michael Stuhlbarg.Música: Alexandre Desplat. Fotografía: Dan Laustsen. Edición: Sidney Wolinsky. Distribuidora: Fox. Género: fantástico, drama y romance. Duración: 123 minutos. Fecha de estreno:22-02-2018. Apta para mayores de 13 años.

Nominada a 13 premios Oscar -ceremonia que se realizará el domingo 4 de marzo- y ganadora del premio a mejor director en los Globos de Oro y en los BAFTA británicos, La forma del agua narra a modo de un cuento de hadas para adultos -en el que hay erotismo explícito- la historia de un amor prohibido, en la que se destaca la belleza visual de sus diseños de producción y fotografías, así como la impronta fantástica característica de su director, el mexicano Guillermo del Toro.

Ambientada en la década de 1960 durante pleno desarrollo de la Guerra Fría, la película narra la historia de Elisa Esposito (Sally Hawkins), una mujer muda y huérfana que se gana la vida trabajando como personal de limpieza en una instalación de investigación científica del gobierno estadounidense. Su vida rutinaria y monótona -hasta el punto de tener cronometrado el tiempo que destina para masturbarse- cambia drásticamente cuando llevan al laboratorio a una criatura anfibia que fue raptada del Amazonas y que es mantenida en cautiverio y bajo torturas con el fin de realizar experimentaciones científicas.

La película tiene como personajes principales a personas marginadas por la sociedad de aquella época, considerados diferentes al statu quo, algo que sigue vigente incluso hoy en día: la protagonista es una mujer huérfana y que enmudeció debido a maltratos físicos que recibió cuando era bebé; su mejor amiga, Zelda Fuller (Octavia Spencer), es una mujer de piel negra que también pertenece al equipo de limpieza del centro científico; su mejor amigo y vecino es Giles (Richard Jenkins), un ilustrador gay que quiere vivir de su arte, en un momento donde los dibujos hechos a mano pierden valor frente a la aparición de las fotografías; y el amado de la protagonista es un ser acuático -considerado un dios en América Latina- pero que es secuestrado y llevado a los Estados Unidos para analizar su genética y ganar la guerra. Desde estos personajes, el filme va a hablar del amor, la amistad, la otredad y la solidaridad.

La forma del agua realiza un homenaje constante al cine clásico de Hollywood, mostrando, por ejemplo, fragmentos de películas en los televisores del relato. Y si bien la película no es un musical, los personajes realizan con frecuencia breves y sutiles bailes, salvo una escena puntual en la que hay un número musical en blanco y negro, al mejor estilo de las películas tradicionales estadounidenses.

La criatura anfibia de este filme es físicamente muy similar a la que aparece en El monstruo de la laguna negra e inclusive al personaje de Abraham Sapien que aparece en las películas de la saga de Hellboy -dirigidas por Guillermo del Toro-, aunque este cuenta con detalles modernos, como las luces que tiene en todo su cuerpo. Como dato curioso cabe mencionar que es el mismo actor, Doug Jones, el que interpreta a los dos anfibios creados por Del Toro.

Quizás lo menos interesante de la película es que no hay mucha profundidad en el desarrollo de los personajes, algo que se nota sobre todo en la protagonista y su antagonista, el militar Richard Strickland (Michael Shannon), siendo ella la mejor de las personas y él un malo muy malo. Tampoco hay un gran desarrollo del personaje acuático y el vínculo que tiene con Elisa se desarrolla muy rápido, lo que genera poca emoción.

Sin embargo, La forma del agua es una película necesaria, que tiene como personajes principales a aquellos que suelen ser dejados de lado y sirve también para dejar planteado en la historia del cine que los seres no humanos, considerados por la sociedad como monstruos y deseados tan solo para poder realizarles estudios científicos, tal vez, pueden vivir una historia distinta a la de El monstruo de la laguna negra o la de King Kong y permanecer con la persona que aman.

1 Comment
  • Facundo
    Posted at 10:08h, 02 marzo Responder

    Interesante critica, «La Forma del Agua» tiene una estetica genial y su musica tambien acompaña. Muy dentro de lo «politicamente correcto» en esta epoca. A pesar de lo cliché de las peliculas de amor, esta cinta entretiene todo el rato .

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