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De la necesidad a la elección: una cooperativa en el barrio de Villa Mitre | Revista Colibri
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De la necesidad a la elección: una cooperativa en el barrio de Villa Mitre

Frente a la plazoleta con la estatua conmemorativa a Norberto «Pappo» Napolitano, tras una puerta blanca de madera, que a simple vista parece no decir mucho, se encuentra una gran carpintería. Realmente un espacio gigante, alberga a estos trabajadores que eligieron la cooperativa primero como una necesidad y luego como una elección.

La carpintería cooperativa “La Popular” nació en el 2007 y actualmente tiene ocho integrantes. Sus fundadores fueron Juan José Lara, Sebastián Presas y Matías Cervirizzo, a la edad de 23 años en promedio. Trabajando desde el galpón de Juan José y vendiendo por internet, fueron integrando compañeros y llamándolos a la acción.

Hace tres años que alquilan un amplio taller en Villa Mitre. “Fue una apuesta muy grande, al principio jugábamos al fútbol-tenis porque no ocupábamos todo el espacio de trabajo”, confesó Matías. Con el tiempo se instalaron hasta cumplir el sueño de tener un local a la calle, en el barrio de Villa Urquiza.  Aunque muchos clientes se acercan ahí, otros hacen pedidos por internet desde la Ciudad, la provincia o el interior del país.

Por un lado realizan amueblamientos infantiles, como camas con escritorios, escaleras, repisas y cajones todo en uno, muebles a medida, diseños de placares y muebles de guardado. “A esta área la llamamos Carpintería a medida, vamos a la casa del cliente y definimos que le sería más práctico”, dijo Matías. Por el otro, construyen muebles de fábrica, como camas, que ya vienen estandarizadas.

Eligieron trabajar como cooperativa para que entre todos los integrantes rija la igualdad. Cuando empezaron con el proyecto se capacitaron en el Centro de Formación Profesional (CFP), que también es una cooperativa. Allí se interiorizaron en las búsquedas y los ideales del cooperativismo y en el reflejo de lo que no querían tener -un sistema de patrón y empleado-.

“Crecimos a partir de nuestro esfuerzo y el sudor de nuestro cuerpo se fue en la construcción de algo propio y no para que se llenen los bolsillos de otro”, explicó el fundador.

En el espejo del NO, muchas veces se encuentra el SÍ. Y este ejemplo no se dio sólo en el tipo de emprendimiento que querían hacer, sino que también se manifestó en una situación este año. En la carpintería, un integrante había robado diez mil pesos.

Después de un arduo debate, se definió no tratarlo de la misma manera en que lo hubiese tratado el sistema en general. Por eso, los otros jóvenes fueron a hablar con él y lo escucharon. Finalmente, devolvió todo el dinero que había robado.

La idea a futuro es comprar un galpón propio y dejar de alquilar. Pero por ahora, un compañero está dando talleres en la carpintería los martes y jueves. Y otro asesora cooperativas en el Ministerio de Interior.

“Es difícil entender que cada tornillo que queda acá es tuyo, mío pero a la vez no es de nadie”, comentó Matías. En este mismo sentido, todos los integrantes de “La popular” entienden que si trabajaran individualmente ganarían más dinero, pero prefieren elegir como laburar y construir su propio espacio. En el fondo, lleva un trabajo tan parecido a construir un mueble.

En el contexto actual, «La popular» no es el único espacio que trabaja de manera cooperativa, ya dejó de ser una excepción a la regla para convertirse en una forma hasta habitual de trabajar.

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