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Diversidad sexual en la vida rural | Revista Colibri
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Diversidad sexual en la vida rural

Por Martina Dentella

Entrevista a Victoria Ocampo

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Victoria Ocampo

La Ruta Provincial 30, tiene aspecto rural, poco tráfico y ausencia de líneas blancas y amarillas que indican los espacios de cada carril.

Chivilcoy tiene tres accesos al centro de la ciudad, su identidad la marcan las grandes cosechadoras al costado del ingreso, las más de cuatro rotondas, los árboles alineados y el césped bien verde al ras.

En una calle de tierra alejada del centro se levanta polvareda. Empieza a oscurecer. Un patrullero de la policía estaciona afuera de una casa donde hay unas diez personas en la vereda, motos y más vecinos que nunca tardan en llegar a ver qué pasó.

Es casi impensado que en la periferia de una ciudad agrícola funcione uno de los pocos consultorios de Diversidad del país después de sancionada la ley de Identidad de Género. El CIC (Centro integrador Comunitario) está abierto todo el día en una esquina del barrio Sur de la ciudad. Es una construcción de no más de diez años con un gran cartel celeste y blanco de Desarrollo Social.

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Adentro se respira un aire de colegio después de hora, tiene techos bajos y pasillos largos que llevan a las distintas salas donde Victoria Ocampo recibe las visitas y coordina los talleres. Desde el vidrio se ve una huerta y cruzando el patio unas niñas toman una clase de baile. Ella tiene puestos tacos altos, una pollera a lunares hasta el piso y una trenza cocida con dos mechones al costado de la cara. Esta vez vinieron médicos generalistas de Catamarca y Chaco, pacientes Mercedes y psicólogos y psicopedagogos de Junín.

-Este lugar está abierto, tienen la posibilidad de venir cuando lo necesitan, esto no es una iglesia que tenés que ir todos los domingos, es un centro de salud.

Victoria habla con pocas pausas para respirar, es inquieta, le gusta cerrar todas sus ideas y es contundente cuando dice que para trabajar en diversidad hay que ser menos egoísta.

-El tema de las compañeras es muy difícil, hay que ir a buscarlas, solas no van a venir nunca. Hay que ir una vez y mil. Si queremos trabajar en diversidad y equidad. No es luchar por una misma y conseguir lo que una quiere y listo, se terminó. Si queremos trabajar en diversidad hay que ir una, dos, tres veces, ir casa por casa, charlar, tomar mate, llevar información, hasta que logres que se interesen en algo.

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En Chivilcoy hay más de 30 mujeres trans, la mayoría visita el consultorio pero concurre en días distintos.  La palabra amigable invita a pensar que vas a hacer amigxs o tenés qué. Los conflictos, celos e internas del colectivo no hacen excepción por lo que el equipo decidió que el centro no se llamara más así sino “de diversidad” o “integral”. Uno de los problemas más importantes que enfrentan tiene que ver con los estereotipos y la discriminación entre ellas mismas, si una tiene bigote o está sin maquillaje le dicen “es un loco”. “Al trans con barba no lo acepta nadie”, dice Victoria.

-No importa si somos amigas o no, somos compañeras de lucha, nos tenemos que unir por lo que necesitamos, por nuestros derechos. Tenemos la misma problemática, nos estamos muriendo con 35, 40 años, todas, la mayoría. Quienes superamos esa edad somos sobrevivientes de un sistema que nos expulsó toda la vida. No tenemos acceso a la salud, porque nos discriminan, todas estamos atravesadas por eso en mayor o menor medida.

Todos los males de este mundo, afectan el doble a las personas transgénero. Los médicos que recomiendan que no se automediquen con hormonas, son los mismos que las excluyen de las instituciones de salud. La mayoría se inyecta lo que le recomienda un amigx. Los estragos que soportan los cuerpos se pagan la mayor de las veces con la prostitución. En los consultorios de diversidad, provenientes de una ley de avanzada, trabajan médicos generalistas que suelen ver a lxs pacientes como un todo y no en partes fragmentadas. Son la mejor cara de la medicina y quienes pasan los días rompiendo la norma de despacho y facturación: trabajan largas jornadas por salarios bajos, realizan interconsultas con psicólogos, psicopedagogos, sociólogos. Son los que se quedan a ver la película completa.

Acá no venís solamente a atenderte sino que la sala de espera de la consulta es ésta, ¿y qué hacemos? Talleres. Como hoy por ejemplo que tenemos taller de cupo trans. Y entre todxs contamos de qué se trata, debatimos la ley de identidad de género, ley de derecho de admisión, entre otras cosas.

*

Victoria encontró a Victoria en la primera infancia, se autopercibe mujer desde siempre, casi no tiene recuerdos de varón. Cuando cumplió 10 años, la echaron de su casa por primera vez, su papá había muerto tres años antes y la nueva pareja de su mamá no la quería. Victoria tenía gestos, modos y costumbres femeninas desde muy chica, por eso la regalaron a un hombre soltero que la crió junto con otros chicxs, con los que tuvo que compartir el horror y el destino de las infancias imborrables, el abuso sexual.

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Esto fue así hasta que cumplí 15 años, que me puse en pareja por primera vez y ahí le puse un freno y le dije “no me tocás más, no quiero que me toques más” y lo respetó.

Pude estudiar el secundario, a cambio del silencio yo tenía todo lo que quería en cuanto a ropa, calzado, estudio.

Cuando tuve 17 años, este tipo muere y tuve que volver a mi casa. Mi familia al poco tiempo me echó de nuevo. Yo siempre digo, tuve suerte más allá de todo, porque una familia vecina me dijo “vos te quedás acá, no te vas y te vamos a ayudar en todo lo que podamos”. Así pude terminar el secundario y cuando lo hice, me fui de Bragado. Era insostenible poder vivir ahí hace 30 años atrás.

Tenía diecisiete años cuando juntó lo poco que tenía, se subió a un colectivo y se fue a vivir a Chivilcoy, quería estudiar enfermería, quería ser alguien en la vida.  Después tuvo que seguir esperando para poder ser, poder pintarse y estrenar sus tetas. Cuando se inscribió en la carrera la obligaron a cortarse el pelo, sacarse la pintura de las uñas y vestirse de varón. Era eso o la prostitución.

Esos días sucedieron de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, salir vestida como mujer, antes de sancionada la ley era arriesgarse a ir presa y perderlo todo, Victoria pasó esos años en soledad luchando desde el anonimato. Repartía preservativos que recibía en el Hospital entre las chicas trans y había resuelto con Hemoterapia, llevar tubitos con muestras de sangre de sus compañeras que les sacaba en su casa, para que no se queden sin su testeo de VIH.

El día que decidió operarse las tetas no se lo dijo a nadie, encaró el quirófano entendiendo que no tenía que pedir autorización, era su cuerpo y toda su vida había tenido que tomar las decisiones importantes sola.

-Yo no quería ser prostituta, no era lo mío, así que me camuflé hasta que terminé de estudiar y pude entrar a trabajar al hospital. De a poquito fui incorporando cosas, me empecé a maquillar, un poco de rimmel, me empecé a dejar el pelo largo haciendome un rodete, siempre bien peinada, prolija. La verdad es que dentro del hospital nunca tuve dificultades y de a poquito volví a ser yo, implementé maquillaje, un taquito y se me respetó.

***

No todos los consultorios de diversidad hacen trabajo social, ni hormonizan, ni dan talleres como el de Chivilcoy por eso reciben tantas visitas de zonas cercanas. La ciudad creció muchísimo los últimos años, la política y las instituciones fueron detrás intentando adaptarse a esos cambios. El municipio convocó a médicos de la provincia que se hicieran cargo de la Dirección de la Atención Primaria de la Salud. El Dr. Losa y a la Dra. Marzoa aceptaron mudarse al interior con la condición de que funcione un Consultorio de Diversidad.

Cuando se enteran de la existencia de Victoria como enfermera profesional la convocaron para ver si quería formar parte del equipo de profesionales de consultorio. La respuesta fue obvia y no se hizo esperar.

Mariano Losa va y viene desde la salita de al lado, necesita decir algunas cosas. Está preocupado por la falta de insumos de los últimos dos años y los recortes que están por venir: “Que privaticen la salud es algo que ya vivimos, se viene la debacle, nos desmantelaron totalmente y vienen por todo, lo único que me deja tranquilo es que las chicas están organizadas, entonces es más difícil que se metan con ellas”.

-Me costó mucho socializar -continúa Victoria- no lograba articular dos palabras, lo cuento y la gente se ríe porque hablo un montón, pero pararme frente tanta gente y poder dar una charla, era impensado. He echado a periodistas desde la puerta de mi casa, tenía mucha vergüenza. Ahora damos charlas en todo el país, estuvimos hace poco en Catamarca, en Luján, ganamos un premio de medicina general en Bariloche, y hace poco recibimos a unos médicos suizos que vinieron a presenciar los talleres, ¡tomaban mate y todo!

*

Desde la sanción de la ley de identidad de género Victoria se convirtió en una abogada de medio tiempo.  Es puntillosa con la ley y utiliza un lenguaje jurídico; un derecho adquirido.

Te puedo definir la ley de identidad de género con una sola palabra: libertad. Antes de la sanción, nosotras íbamos presas por ser quienes éramos, por ejemplo, esperando el colectivo. La policía podía parar y levantarte por usar “ropa no adecuada al sexo”, más allá de si ejercías o no la prostitución. Y después en todos los casos te acusaban de eso. Si yo antes de la ley no salía más que al trabajo, es porque sabía que podía ir presa y yo no podía correr ese riesgo y perder todo. La ley es una batalla que ni pensábamos que podíamos dar, menos ganarla.

***

Unos días después de la visita, el ministerio de Seguridad oficializó el modo en que las fuerzas del orden deberán actuar con lesbianas, gays, bisexuales y travestis. Victoria Ocampo, enseguida se manifestó a través de las redes sociales: “Los gays, lesbianas, travestis, transexuales y transgéneros, al closet y la cárcel no volvemos nunca más. Éste protocolo de detenciones para personas del colectivo estigmatiza, criminaliza y si se necesita de él para detenernos es porque somos un colectivo peligroso; eso es lo que intentan decir. La realidad es otra, no somos peligrosxs, estamos en peligro”.

-Puede estar la “superada” que dice “a mi no me discriminan, yo no tuve problemas” es mentira, seguro que tuviste problemas, que vos no lo quieras ver, es otra cosa. A la hora de interactuar o ir a un colegio, o lo que sea y tengas el título que tengas. Tenemos compañeras abogadas que han ejercido la prostitución toda la vida porque no han podido jamás conseguir trabajo. Nunca les han dado una posibilidad, para eso tenemos que juntarnos, después cada cual a su casa y listo.

El primer cambio de identidad de la ciudad fue el suyo. “No me preguntes cuál era nombre que me pusieron mis padres”, dice apurada. Su nombre tiene que ver con lo personal, con saber que tarde o temprano lo iba a lograr. Más que el documento, con recibo de sueldo a su nombre siente que el Estado le devolvió la libertad que le negó toda la vida, hace hincapié en eso: “Esa es mi victoria”.

 

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