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El adiós al puente de Juan B. Justo en la Ciudad | Revista Colibri
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El adiós al puente de Juan B. Justo en la Ciudad

Por Sebastián Arteaga

Aunque se lo suele llamar simplemente el puente de Juan B Justo, su nombre exacto es “Puente de la Reconquista”. Pero ya no estará más: pronto comenzará su demolición en el marco de la obra del viaducto elevado del tren San Martín.

La elevación del tren por sobre la superficie permite una mejor circulación, tanto para éste como para los vehículos; ¿el problema? la altura del viaducto coincide con la del puente y hay un momento en que se cruzan. La solución que encontraron fue llevar la Avenida al nivel del suelo para que la intersección entre Córdoba y Juan B. Justo sea como cualquier otra: con semáforos. Para subir el tren, tienen que bajar el puente (para decirlo en criollo). Es por eso que Juan B. Justo permanecerá cortada durante medio año entre Castillo y Cabrera y según se prevé, en octubre cortarán Córdoba y en noviembre Niceto Vega.

El plan consensuado entre la Secretaría de Transporte de la Ciudad y la empresa Autopistas Urbanas S.A. a cargo de la tarea, es emplear medidas de mitigación para que no sea un caos. Por lo pronto, hay nuevos recorridos para el tránsito pesado y es evidente que no será cómodo trasladarse por allí durante los próximos meses, todo esto suponiendo que los plazos se cumplan, lo cual parece bastante improbable dada la envergadura de la obra. Ya de por sí, el tránsito en la zona es complicado y seguramente esto lo agudice. Los más afectados van a ser los vecinos y trabajadores de la zona que van a convivir con ruidos, polvo y desvíos.

 

Cómo será la obra

El proyecto había sido anunciado en 2014 por el entonces Ministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo, cuando Rodríguez Larreta era Jefe de Gabinete. El presupuesto actual es de 3mil millones de pesos. Resulta tentador pensar si esto es algo prioritario puesto que la cifra suena abultada en un marco de austeridad económica.
La obra del tren tiene unos 5 km que van desde la estación Palermo hasta Paternal. Se van a evitar 11 pasos a nivel y se van a abrir 9 calles nuevas, antes cortadas por las vías.
El puente en sí tiene casi cuatro cuadras. Lo primero que van a hacer es sacar el asfalto y luego retirar las vigas de hormigón. Éstas se van a cortar con un sistema de hilo diamantado y sin el uso de explosivos. El hormigón es el único material que podrá ser utilizado como relleno costero para el Río de la Plata.
En teoría, para fines de abril todo vuelve a la normalidad. Pero las autoridades de la obra ya han señalado que los plazos «pueden verse alterados» por algunas interrupciones.

El valor del puente

Para algunos arquitectos la noticia es una lástima. Van a tardar el mismo tiempo en demolerlo que el que tardaron en construirlo. La decisión se ha tomado por una cuestión urbanística y de infraestructura, aunque siempre haya olor a negocio.
El puente fue construido en 1969 por el reconocido arquitecto Mario Roberto Álvarez, que logró una peculiar combinación entre arquitectura e ingeniería. Pero es cierto que el ambiente que imaginó no llegó a lograrse y no tuvo la prestancia que él esperaba, porque había imaginado unas plazas alrededor que nunca se hicieron.
Un atributo del puente era que no se percibía diferencia al subirlo, como si de pronto se estuviera sobre él.  Era un diseño muy avanzado que además tenía una pequeña curva en el medio. Asimismo su construcción presentó un desafío porque sus patas debían estar bien abiertas para poder eludir el túnel del Arroyo Maldonado sobre el que se montaba.
El estilo estaba muy cerca de lo que se conoce como brutalismo donde el hormigón expresa toda la carga que lleva. Uno podía ver en sus apoyos algo como una escultura abstracta. El puente tenía mucho de arquitectura, y lo de hoy es pura ingeniería.
Se le añade a todo esto un poco de melancolía cuando se recuerdan los extraños mensajes que aparecían en el puente cuyo autor era un taxista llamado Oscar Brahim y llegaron a convertirse en un ícono. No vale la pena redactarlos, es mejor que circulen en las memorias urbanas.

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