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El pensamiento decisivo - Entrevista a la Subcooperativa de Fotógrafxs | Revista Colibri
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El pensamiento decisivo – Entrevista a la Subcooperativa de Fotógrafxs

Fotógrafe del mes

Por Alana Rodriguez

Sub Cooperativa de Fotógrafxs surge a finales del 2004, luego de la tajante crisis económica del 2001 en Argentina. Inspirades por la lucha popular y organizacion en las calles, deciden poner en jaque constumbres clasicas de la fotógrafia, para trabajar de forma cooperativa y horizontal. Sub está integrada por Gisela Volá, Nicolás Pousthomis, Gerónimo Molina, Verónica Borsani y Olmo Calvo Rodríguez. Sus investigaciones fotográficas han circulado en numerosos medios de comunicación nacionales e internacionales y se les ha otorgado distintos premios y menciones.

Con empatía y compromiso, nos sumergen en historias con la intención de generar cuestionamientos profundos y algunas respuestas. Actualemtete, están realizando el programa quincenal “Nada que ver” sobre fotografía en la radio FM La Tribu y llevan adelante un ciclo de charlas a través de ArtexArte.

«Juan Pablo viajó desde la provincia de Bs As junto a sus padres, a visitar a su ídola en el cementerio de la chacarita. Su promesa a Gilda lo llevó a vestirse con el atuendo que usó la cantante en su último disco, Corazón Valiente»-Fotografía perteneciente a la historia «Gilda, La milagrosa» de Sub Cooperativa de Fotografos.

-¿De dónde surgió la decisión de dejar de lado la autoría individual para conformar una
mirada colectiva?
Aunque surgió de manera muy natural, identificamos con el tiempo diversas razones a la firma colectiva. Es una modalidad que nos acompaña desde el comienzo de la cooperativa en 2004. En esa época, no era tan común exigir el crédito colectivo en las publicaciones. De hecho, ARGRA militaba por postulados distintos, aunque menos enfrentados de lo que se quiso hacer creer. El lema de ARGRA era “Cada fotografía tiene un autor” y nosotres
apoyamos ese slogan. La diferencia es que detrás de la reivindicación de la firma colectiva estaba la afirmación de la autoría grupal.

Creemos profundamente en romper con ciertas dinámicas de trabajo vinculadas a la fotografía, como el individualismo o la competencia. Sub se esfuerza en aplicar la horizontalidad y la colaboración en todos los aspectos del desarrollo del colectivo. Eso incluye el proceso creativo. Nuestras imágenes son el resultado
del trabajo de varias personas y sería poco coherente adjudicarla sólo al que apretó el disparador e hizo el “click”. Exisitía antes el paradigma de Henri Cartier Bresson del “momento decisivo”. Nosotres creemos que antes viene el “pensamiento decisivo”, y esa instancia, en Sub, es colectiva.

De hecho, en el trabajo “San Darío del Andén”, estábamos todes presentes al realizar el ensayo y nos sabemos exactamente quién “hizo” la foto, o quien se encargó de apretar el gatillo.

No podemos negar que cada persona tiene su propio estilo, producto de su historia, de sus gustos, de su sensibilidad, de sus modos de ser… pero apostamos a construir la identidad de Sub y definir a ese autor colectivo. La identidad no es sólo estilo o preferencias estéticas, es también postura, opinión y algo particular que genera una diferencia.

Actualmente, puede convivir en el colectivo la firma grupal y la firma personal. La diversidad de miradas siempre fue una virtud para los trabajos colectivos. En los últimos tiempos, nos dimos cuenta que algunos trabajos no funcionaban con la firma colectiva. La intimidad y la particularidad del autor imponía una firma más identificable con una persona y su historia. Para nosotres es muy fácil identificar cuando un trabajo es de Sub y cuando es de une de les fotografes en particular. No hay conflicto en eso. De hecho, hay varios trabajos en la página que llevan la firma de Sub pero que fueron “realizados” por una sola persona.

-¿Cómo interactúan las subjetividades para la creación colectiva?
Aunque cada trabajo es distinto, instauramos una dinámica particular para los ensayos colectivos. En general, establecemos algunas pautas de trabajo muy concretas para lograr la coherencia visual en el relato. Empezamos con cuestiones expresivas técnicas porque consolidan la estética con la que vamos a narrar. Esas cuestiones técnicas son el resultado de una elaboración conceptual previa que logramos entre todes. Tratamos de compartir nuestros puntos de vista para encarar el trabajo con la misma óptica. A veces nos repartimos el territorio, o los personajes, o los temas, o lo que sea necesario cubrir y otras veces trabajamos a la par. Un relato que se termina de construir en la edición.

-¿Qué características buscan en una historia a la hora de elegir el reportaje que
quieren realizar?
El origen de Sub es un momento particular de la historia Argentina. El 2001 y las expresiones populares que nacieron de ese proceso político nos marcó y todavía ejerce cierta influencia en nuestra identidad. Al comienzo, las fotografías de Sub pretendían acompañar los movimientos sociales y contar un historia por medio de los protagonista con una subjetividad muy marcada. Retratamos a los luchadores y a les que intentan construir un mundo más justo, igualitario y solidario.

Con los años y la idea de renovarnos, de cuestionarnos, de seguir transformándonos y de seguir divirtiéndonos también, el modo y el registro de Sub evolucionó. Decidimos también practicar una fotografía más cuestionadora,
más incisiva en el discurso, más incómoda y reflexiva. En lugar de trabajar sólo en el registro y con grupos afines con los que sentiamos mucha empatía, intentamos responder preguntas más profundas y formular nuevos cuestionamientos. Por ejemplo, hablar de la pobreza y de la repartición de la riqueza pero documentando la vida en los countries.

Hablar de la locura pero sin caer en la romantización sino acompañando les que la sufren, o del feminismo desde una estructura arcaica como puede ser una escuela de varones en Tucumán.

-¿Cuáles fueron las estrategias que encontraron para llevar adelante la autogestión? Con la pandemia mundial, les trabajadores de la cultura se han visto muy afectades, ¿cómo es su situación actual en relación a esto? ¿están realizando un registro que tenga que ver con la pandemia o algún otro proyecto?
Sub es una cooperativa de trabajo inscripta en el INAES. Todos nuestros ingresos provienen de esa única estructura. El objetivo fue siempre combinar una propuesta ideológica y el sustento económico para cada socio. Nuestras entradas provienen de varias tareas distintas relacionadas con la producción de narrativas visuales y encargos del sector editorial, la gestión cultural, la educación y el proyecto de la editorial de la cooperativa. Esa diversidad nos permitió atravesar momentos difícil y reinventarnos en un sector en constante cambio.

En este contexto no hemos salido a hacer fotos, pero estamos realizando actividades en relación a la imágen. Por un lado, un programa de radio sobre fotografía en FM La tribu, una convocatoria abierta en las redes y un ciclo de charlas a través de ArteXArte. El registro que estamos haciendo en este momento es más intímo y tiene que ver con la situación particular de cada fotografe. Hemos compartido algunas imágenes en el sitio instagram de Sub para luego compartir el diario personal de cada une nuestro sitio web. Hemos decidido como colectivo acatar las medidas de seguridad y tratar de no exponernos para no empeorar la situación de contagio.

-En una entrevista para Marcha comentaron que fotografian “actores sociales, no personajes, es decir que actúan de su propia vida”, ¿de dónde surgió esta elección?
Nos gusta contar historias pero también vivirlas. Consideramos que es necesario conocer lo más posible sobre lo que se va a contar. Por eso, en nuestra pagina web sólo hay trabajos de Latinoamerica. Hace mucho que todes asumen que la objetividad no existe y que la sola presencia de un fotografe en un espacio modifica el desarrollo de una acción. Hemos decidido abrazar esa condición y participar de los procesos. Desde el primer trabajo, “Diciembre”, se nota un narrador en primera persona.

Nos erigimos en un principio como actores, casi como partícipes de esos procesos políticos que retratábamos. Quizás la entrevista de Marcha alude a ese momento particular. Luego, está la decisión de tomar partido en nuestras imágenes, acompañar la visualidad con un discurso. Siempre hemos elegido vincularnos desde la honestidad y la transparencia, por eso los protagonistas de nuestros trabajos son partes del ensayo y no los consideramos personajes o simplemente protagonistas.

-Sobre su historia “masculum gymnasium”, en un contexto de lucha y active feminista, en donde el foco estaba puesto en las mujeres y la comunidad lgbtiq+, ¿por qué decidieron poner la mira en la historia de esta escuela de varones?
La escuela del Gymnasium es lo que se podría llamar “una institución” en Tucumán. La provincia de Marita Verón y de Susana Trimarco es la única en el país donde no hay educación sexual integral en las escuelas, donde no hay acceso a los anticonceptivos en los centros de atención primarias de salud ni en los hospitales; es la provincia que se declaró “pro-vida” en la legislatura y donde se le practicó una cesárea a una niña de 11 años para obligarla a tener el bebe del hombre que la violó.

En ese lugar donde se recibe la mayor resistencia a los cambios de paradigmas existe la última escuela pública de varones de la Argentina. Nos pareció que era un eje interesante para pensar este momento de transformación. El
espacio donde se produce la mayor tensión es quizás el que evidencia con mayor claridad los puntos a cambiar. Un ensayo de esas características representa siempre un desafío y por lo tanto, abre posibilidad de cuestionar. Es lo que buscamos con nuestros trabajos, incomodar, levantar preguntas y aportar puntos de vista distintos para entender.

Retratamos también las jornadas del debate en el congreso, los ENMs y la lucha del movimiento feminista en los últimos años, pero el ensayo del gymnasium genera reacciones y preguntas que creemos necesarias para entender este momento histórico desde otra perspectiva.

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