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“En cualquier lugar ser trava y estar con una caja, ya es un acto político” | Revista Colibri
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“En cualquier lugar ser trava y estar con una caja, ya es un acto político”

Entrevista a Lola Bhajan, cantora, actriz y escritora, entre otras artes

Por Diego Gutiérrez Pavón

Llueve y el frío pone a prueba todo. El final de la Marcha contra los travesticidios y transfemicidios reúne a todes en el escenario de espaldas al Congreso de la Nación.  Contra la adversidad climática, con la ayuda de alguna compañera que sostiene un paraguas multicolor, con la caja coplera humedecida, con la voz que no se guarda nada, así y todo, canta Lola Bhajan: “Yo también como cualquiera/ Tengo el derecho de amar/ Y si soy correspondida/ A nadie le ha de importar/ Déjenme tranquila/ Déjenme gozar/ Déjenme tranquila/ Déjenme gozar”.

Fotografía por @juanchoripan

Lola Bhajan es una artista trans que experimenta diferentes disciplinas. Como cantora se presenta de forma solista haciendo coplas tradicionales del noroeste argentino. También forma partes de varios dúos como con Gaby Gab, con quién interpreta folklores con una nueva mirada. Con Sergei Zver, su marido, realiza creaciones propias y con Enano malhecho fusiona nuevas sonoridades. Plano Records ha editado su disco de música electrónica titulado Enlazadorxs.  Además, Lola es actriz. En la actualidad participa de la obra Corromper el Alma. Pero una de sus últimas intervenciones es por la rama de la literatura. Este año la editorial Milena Caserola imprimió “Lola Cruda, Atípica, Atópica, Utópica”, una recopilación de sus relatos en redes sociales que permite observar de forma directa la vida de esta artista.

Dice Susy Shock en el prólogo del libro: “Y ahora la estoy leyendo… que fuerte sentir que, a pesar de los años que nos separan, hay historias que se nos parecen; esos despertares sexuales, esos miedos y esas audacias que, siempre nuestras, a las maricas nos empujan a vivenciar”.

Con motivo de esta edición reciente, Revista Colibrí dialogó con Lola Bhajan:

Al repasar lo que habías publicado, ¿te sorprendió algo de cómo eras u opinabas?

Leerse a uno mismo se torna más extraño cuando pasa el tiempo. Se pueden ver avances y retrocesos, mi evolución e involución a través de todos estos años que vengo escribiendo. Casi siempre me sorprendo o asombro de muchas cosas de las que hice y hoy en día, tal vez ya no volvería a hacer. Digo tal vez, porque no me gusta decir nunca, ya que muchas veces me encontré repitiendo cosas del pasado, pero de todas maneras, encarándolas de otras formas, con otra cabeza, con más consciencia y más ahora.

¿Cuál fue la respuesta que fuiste encontrando en quienes leen tus textos?

La respuesta es bastante buena, a esta altura ya he vendido casi todos los libros, incluso de gente que ni me conoce o jamás escuchó hablar de mí. Así que vamos por una segunda edición pronto y se vienen presentaciones en La Pampa, Córdoba, Mar del Plata y espero que otros lugares.

¿Cómo nació en vos el interés por el canto con caja, las coplas, etcétera?

Desde chica creo que lo que más me atrajo en el mundo es la música. La que me conecta con otras culturas, sentimientos, por más que no entienda el idioma o ni siquiera haya una letra. La música me atraviesa, por ende, desde muy chica y gracias a la tecnología y el fácil acceso que hoy tenemos a las cosas del mundo, siempre investigué mucho. Cuando escuché por primera vez voces de mujeres africanas, hubo unos cantos que me impactaron y desde ahí me decidí a cantar. Fui a un par de clases, pero sentía que algo me faltaba. Fue aquel día que me propuse a investigar música de Argentina, especialmente música nativa, de aborígenes, antigua, y ahí conocí a Leda Valladares. Se abrió todo un mundo nuevo para mí y comencé a cuestionar porque nunca me había llegado esa música, ni siquiera en la escuela privada o pública. Ya que es algo nuestro. Al menos debería haber conocida toda esa cultura, pero no. Al tiempo me compré una caja por mercadolibre, que me trajeron por correo desde Santiago del Estero y la mantuve guardada unos meses. En ese tiempo me junté con personas a hacer música, pero tampoco me hallaba. Dejé las clases de canto y busqué un taller de canto con caja, encontré uno en FILO, que dicta Mauricio Cucien, hasta el día de hoy, mi gran maestro de esta música. Arranqué y desde ahí se abrió un nuevo camino que transito hasta el día de hoy, y quiero seguir hasta el día que me muera. Me resulta muy importante poder difundir esta música y que no se pierda, tanto en su manera tradicional como también fusionándola con música electrónica, por ejemplo.

Muchas de tus presentaciones son en escenarios donde hay reclamos políticos, ¿por qué?

Ser trans ya te pone en un lugar de militancia en esta sociedad y mundo. Más allá que por otro lado me da igual ser trans, cuando estoy con amigxs o en familia o en la naturaleza sola o acompañada con la gente que quiero dan igual las etiquetas. Pero cuando salgo a la calle tengo que sacar las banderas y la etiqueta realmente importa, porque tenemos una lucha y no da igual. Por eso me parece importante participar en lugares donde hay una lucha con la que me siento identificada o acompaño. De todas maneras, en cualquier lugar, ser trava y estar con una caja, ya es un acto político.

Los textos de Lola dejan picando reflexiones, cuando alguien cuenta su vida en primera persona sucede eso. Entonces este desparpajo revela algo que sale a la luz.

En tus relatos surge esa vivencia en la diferencia y el ocultamiento, ¿Cómo es ese proceso que viviste?

Desde la escuela siempre fui objeto de burlas. Por mi voz aguda y mi silencio, no hablaba mucho, fui criada por padres sordomudos y soy hija única, por ende, siempre fui una persona tranquila, callada, solitaria y observadora. Y eso parecía llamarle la atención al resto, incluso a las maestras, las cuales muchas veces cuestionaron las cosas que hacía. Como, por ejemplo, juntarme con mujeres y no jugar al fútbol. De alguna forma eso me generó una fobia hacia las personas, más que nada hacia los varones, ya que ellos eran, en mayoría, los que me rechazaban y amenazaban. Por suerte al crecer y explorar mi sexualidad a temprana edad, y también por trabajar en una  feria vendiendo bijouterie y ropa durante dos años, no me quedo otra que desinhibirme. Y ahí me di cuenta que realmente soy una persona muy sociable y alegre, solo que, por el rechazo que recibí, tuve que ocultarme un tiempo.

Lola se encuentra presentando su libro o sus canciones o sus personajes teatrales o todo lo nuevo: “Para el futuro quiero seguir experimentando con todo lo que me surja, no soy tanto de planear si no más de hacer, por eso estoy donde estoy”.

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