“Encontrarse a través de la cámara”- Alana Rodríguez, Otros Focos

Por Julieta Villamayor

Alana, o Alix como le gusta que le llamen las personas de su entorno, considera a la fotografía como una actividad que ama y que la ha nutrido a lo largo de su vida. Es una persona no binaria y utiliza pronombres neutros. Habla suave y con palabras precisas, pensadas, casi tanto como cuando elige qué foto sacar.

Analiza las circunstancias, se toma su tiempo, encuadra y retrata la ocasión. Lo que la mueve es la militancia, la justicia social. Patea las calles de Buenos Aires en búsqueda de momentos.

Las fotos que le gusta sacar son las que construyen un acto político, las que ilustran un contexto social. Elle narra hechos con sus relatos fotográficos, inmortaliza eso que ve y permite trascender en el tiempo. No le interesa tomar imágenes que no profundicen un acontecimiento.

Es observadore, le apasiona notar gestos e inmortalizarlos, guardarlos para siempre y tratar de entender qué le pasaba a esa persona en aquel momento. Construye historias con la fluidez de quien escribe un poema. Le gusta conocer a las personas que fotografía y entablar un vínculo que vaya más allá de la imagen.

A los 16 años se compró su primera cámara y comenzó a leer a grandes pensadores y pensadoras que le abrieron las puertas al universo de la fotografía. En ese entonces, le sacaba fotos a quienes tenía más cerca, sus amigues y su familia. Quería retratar su esencia, encontrar la rabia, la tristeza y la alegría en sus rostros, en su lenguaje corporal. Tiene grabada una foto que le sacó a su hermana cuando era niña y lloraba, mientras su madre la abrazaba. Aún recuerda ese gesto: la mueca triste de la niña que se tornó alegre al encontrar refugio en los cálidos brazos de su mamá… Lo menciona con dulzura, lo recuerda vívidamente gracias a esa imagen que hizo tangible ese momento.

Con el tiempo fue agudizando la mirada, sus elecciones fueron cambiando y se enfocó en entornos militantes que le movilizan a visibilizar luchas sociales, entornos cargados de resistencia y compromiso. Hay fotos que marcan, por su trasfondo, así lo fue para elle con la cobertura que hizo en una de las vigilias por el aborto legal en 2018, cuando se otorgó la media sanción al proyecto de ley de despenalización del aborto en la Cámara de Diputados. 

Alix lo vivió desde un lugar profesional como fotógrafe y desde uno personal desde sus convicciones militantes como un triunfo de derechos conquistados para las personas gestantes. Otra cobertura que vivió de manera significativa fue en la siguiente vigilia por el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), en agosto de 2018, cuando se votaba en Senadores en donde finalmente la resolución fue negativa. Pero lo importante de la jornada fue la lucha colectiva, donde se hicieron presentes miles de mujeres y disidencias, exigiendo su voluntad de decidir por sobre sus cuerpos.

La recuerda como una experiencia muy enriquecedora porque empezó a “sacar fotos a lo loco”, pero hubo una en particular que le encantó: llovía y todes seguían en la calle con paraguas y todo lo que tenían a su alcance para cubrirse. Alix sostiene que ese acto de resistencia, de no bajar los brazos y seguir en manada a la espera de la resolución de los Senadores bajo la tormenta tuvo mucha mística, asegura que se sentía una energía muy fuerte. Poder vivir la experiencia de retratar ese hecho histórico fue algo que tiene muy presente y no se va a olvidar jamás. 

Alana trabaja en Revista Colibrí desde 2016, crea contenidos audiovisuales y también ilustra; la cooperativa es parte de su vida, la lleva enraizada. Sostiene que es una de las mejores experiencias en cuanto a lo profesional y a lo colectivo, aprende día a día del trabajo de sus compas y es así como se fue interiorizando en el mundo de la escritura. No descarta en algún momento encarar un proyecto que incluya texto en sus relatos fotográficos.

Le apasiona el mundo artístico, incursiona no sólo en la fotografía, sino que además ilustra y tatúa diseños propios en un estudio de tatuajes disidente. Le encanta pensar en conjugar todas sus herramientas para construir sentido. Habla de compartir, hace énfasis en la creación colectiva, apuntando a los lazos como sostén y como impulsores para ir por más.

“A veces hay vínculos más profundos que otros, pero intento no tener esa cosa extractivista de ir a un lugar o conocer a un grupo humano, sacar las fotos e irme”, dice en relación a construir siempre con un otre.

Norma Castillo, 2019

Del otro lado de la cámara está elle, ajustando el lente para obtener la mejor calidad posible de imagen, elaborando en su mente posibilidades que puedan llegar a construir un relato. Su precisión a la hora de elegir qué contar y cómo hacerlo va creciendo con el pasar de los años, tantas veces miró a través del lente antes de inmortalizar un momento que cada día está más afilade, va al hueso.

Elle busca “la foto”. En esa búsqueda hay conciencia, hay decisión, no saca por sacar, prefiere sacar diez fotos antes que doscientas y después ir descartando; no le gusta acumular. Prefiere pensar su próxima jugada, la observa con detenimiento y cuando la imagen viva juega entre las sombras y las luces, ve el momento y la capta: click.

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