Loader
"Le debo todo al azar" - Julieta Christofilakis | Revista Colibri
11211
post-template-default,single,single-post,postid-11211,single-format-standard,bridge-core-1.0.5,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-theme-ver-18.1,qode-theme-bridge,disabled_footer_top,disabled_footer_bottom,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-6.0.2,vc_responsive

«Le debo todo al azar» – Julieta Christofilakis

Por Alana Rodriguez

Fotógrafe de la semana

Julieta Chistofilakis, fotógrafa y realizadora audiovisual argentina.

Julieta nos muestra su transitar por el mundo, su cotidianidad, sus amigues y seres queridos que la acompañan. Un relato visual nutrido de amorosidad y rebeldía. Actualmente, tiene seis proyectos publicados en la web, entre ellos «Le debo todo al azar» un fotolibro en proceso con registros visuales y textos sobre su vida.

-¿Qué fotógrafes o artistas te han inspirado?

Pensar en inspiración actualmente me es muy difícil porque me gustan muchísimos trabajos y conozco nuevxs artistas todos los días. Es más, actualmente, creo que mi mayor inspiración son mis propixs alumnxs. 

Si pienso en pasado, la primera fotógrafa que me voló la cabeza fue Nan Goldin, la conocí cuando tenía 14 años y recién arrancaba a estudiar fotografía. Me acuerdo que no podía creer con la liviandad que retrataba su entorno y situaciones íntimas que a mi nunca se me había ocurrido fotografiar. 

En esa misma época, otra fotógrafa que me inspiró mucho fue Francesca Woodman, la mayoría de su obra es una casa abandonada y ella. Los resultados son alucinantes.

Y por último, no puedo no nombrar a Ana Mendieta, con ella conocí el concepto de performance.

Después fui conociendo a compañerxs que hacían fotos espectaculares que me inspiran un montón. A la par fui conociendo, cada vez más, a artistas latinoamericanxs con quienes sentía otro vínculo, como Maya Goded, Luisa Dorr y Wara Vargas.

Los talleres fueron claves, me inspiraba mucho conocer a mis compañerxs y saber sus procesos de trabajo, no solamente sus fotografías finales. A partir de la cercanía con la persona que te inspira surgen cosas hermosas y muy fructíferas.

Hoy si tengo que decir un par de fotógrafxs que sigo muy religiosamente su trabajo (además de mis colegas y amigxs que son muchos) son Laurence Philomene y Petra Collins, sus manejos del color y sus narrativas me parecen fascinantes. 

También sigo mucho a tres fotógrafas españolas: Martina Matienzo, Mónica Figueras y Sara Costa. Ellas 3 son muy amigas y sus imágenes dialogan perfecto entre ellas, generan un contenido de autorretrato colectivo muy bello, fresco y actual.

– Utilizás muchos elementos de tu cotidianidad y autoretratos en tus fotografías. Una frase que resonó mucho dentro del movimiento feminista es «lo personal es político», ¿pensas que ese concepto puede tener alguna relación con tu trabajo? 

Por supuesto, ese concepto tiene que ver con la vida, más allá de cualquier tipo de trabajo fotográfico. Yo creo que no existe la fotografía objetiva, creo que la forma de mirar siempre sobresalta en la imagen y no hay forma de que tus pensamientos y posturas no se vean reflejados en las imágenes que unx genera.

Con esta pregunta me acuerdo que una vez me mandaron algo asi como “me dijeron que tu laburo era sobre pibes trans y cicatrices”, me quedé helada con ese mensaje. Eso provocó que yo, como mujer cis, lesbiana y transfeminista me pusiera a pensar si la gente que veía mi trabajo pensaba que yo estaba haciendo un laburo sobre pibxs trans y cicatrices.La respuesta fue negativa. Mi laburo es sobre mi vida, es un diario de imágenes y textos que relatan mi cotidianidad. Yo sufrí una operación a los 16 años que me dejó una gran cicatriz y lxs chicxs trans que aparecen en las fotos son mis amigxs, es simplemente mi vida. 

Como bien dice la frase “lo personal es político”, yo aprendo constantemente de mis vínculos y por eso los elijo y los cuido, pero el centro de mi trabajo no son ellxs, soy yo y ellxs son parte de mi vida. 

-¿Qué rol ocupan los paisajes y la naturaleza en tus relatos? 

Honestamente, no lo tengo muy claro, creo que los trabajos tienen que tener momentos de descanso. Yo estudio cine y creo que los momentos de pausa en las películas son igual de importantes que los momentos de descanso en un laburo fotográfico. Los paisajes y la naturaleza no es cotidiano en mi vida, me gusta retratar los resabios de naturaleza en la ciudad (que es en dónde vivo). Cómo se intenta que la ciudad se vea verde cuando al mismo tiempo, la naturaleza no es algo para controlar y en las ciudades se controla mucho. 

Muchas veces me veo reflejada en esas flores tiradas en el piso, cortadas y puestas en un jarrón para que queden lindas hasta que se marchiten. Creo que mi búsqueda dentro de la naturaleza y los paisajes en mi trabajo va por un lado de las sensaciones que eso provoca. Por lo menos dentro de la edición porque, sinceramente, no pienso los momentos de toma, veo algo en lo que me reflejo,  que me llama la atención o que me produce algo nuevo y lo fotografío. A veces solo por el simple hecho de acordarme qué sentí, no tanto por la imagen final.

-¿Alguna foto que tenga un significado especial para vos?

Un montón. Me cuesta mucho separarme de las imágenes para verlas como fotografías y no como momentos vividos.  Dentro de fotos con amigxs me encuentro con vacaciones, encuentros, cumpleaños y mucho más. Dentro de los autorretratos me encuentro con roturas de corazón, momentos de vulnerabilidad plena, de comodidad plena, de un simple registro, de ciclos menstruales y millones de cosas. 

Me veo reflejada en todas las imágenes y creo que depende el momento y el estado anímico en el que estoy, el significado que cobra cada imagen, es muy cambiante.

Hay una foto que nunca cambió y es esta: Fue mi primer encuentro, en el 2018 en Trelew y viajé con mis mejores amigas, tenía 18 años y cumplí 19 el día de la movilización, me desperté en un colegio, rodeada de amigas y saqué esta foto apenas me desperté, mirando para los dos costados de mi bolsa de dormir. Me acuerdo que no necesitaba nada más que ver esas caras de dormidas recién despiertas.

-¿Tenés algún proyecto en mente para cuando termine la cuarentena?

Por lo pronto quiero cerrar los proyectos que tengo en curso . Quiero que “le debo todo al azar” tome un formato de salida que sea acorde con las imágenes.  Por otro lado quiero intentar generar un registro generacional colectivo, todavía lo estoy pensando y armando con amigas y colegas.

Mi generación dentro de mi círculo cercano es gente a la cual el primer ni una menos en el año 2015 nos agarró en plena adolescencia, conociéndonos. Desde mi experiencia es una generación que reivindica el dolor y al mismo tiempo quiere que los vínculos dejen de doler. Me gustaría que mis fotos no queden solas y aisladas y que se junten con imágenes de otrxs fotógrafxs de mi generación, que podamos armar un archivo colectivo. También soy realizadora audiovisual y siempre surgen proyectos a futuro entre amigxs estudiantes de artes audiovisuales.

-Si no estuviéramos en cuarentena y pudieras elegir un lugar donde sacar fotos, ¿cuál sería?

Uy qué difícil. No quiero elegir un lugar, quiero elegir a la gente. Quiero volver a ir a una fiesta y sacarles fotos a mis amigxs, quiero verlxs todxs apapuchadxs y abrazadxs (desnudxs o abrigadxs) en un techo, en un patio o en una cama chiquita pero que entremos todxs. No me llaman tanto los lugares a fotografiar, sino las personas que están en ese lugar.

No Comments

Post A Comment