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"Fue nombrarnos para reconocernos" - Entrevista a Eva Cabrera | Revista Colibri
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«Fue nombrarnos para reconocernos» – Entrevista a Eva Cabrera

Fotógrafe del mes – Eva Cabrera
Edición #85
Por Alana Rodríguez

Eva Cabrera es una fotorreportera platense, con una trayectoria de 25 años de trabajo dentro de medios de comunicación. Actualmente es presidenta de la Asociación de Reporterxs Gráficxs de Argentina (ARGA), siendo la primera mujer en ocupar el rol. Allí es donde, junto con sus compañeres, lleva un camino de transformaciones para mas equidad e inclusión para mujeres y personas de la comunidad LGBTIQ+.

Fotografía de Eva Cabrera

Primero me gustaría saber sobre tu visión sobre la fotografía, ¿Qué representa para vos en tu cotidianidad? En 1993 cuando empezaste a trabajar en el diario Hoy de La Plata, ¿qué fue lo que te interesó en trabajar en un medio de comunicación? 

La fotografía en mi cotidianidad es mi forma de vida, de lo que trabajo todos los días desde hace muchos años y es mi forma de decir, mi forma de opinar del tiempo que me toca transitar.

Arranqué en 1993, en el diario Hoy, en La Plata, donde nací, vivo y sigo trabajando. Mi ocupación hasta ese momento, y durante 8 años, era de maestra de música, que fue lo que estudié. Tenía 28 años y me presenté por una amiga que había visto mis fotos que hacía como hobbie desde los 14. Me acuerdo que no tenía un mango, tenía unas fotos copiadas, copie otras chiquititas, me armé la carpeta y fui. Me contrataron en principio para trabajar en un suplemento de sociales que salía junto con el diario los domingos.

Estábamos con una compañera, entramos las dos como fotógrafas en un momento donde casi no había -o no había directamente- fotógrafas en los medios. En ese momento hubo una entrada de mujeres a los medios, tenemos las precursoras que estuvieron en los 80 y empezaron a haber más mujeres en los distintos medios en las secciones de fotografía, esto fue en los 90. Esa fue mi manera de ingresar al mundo del fotoperiodismo. Entonces no era tan popular, no había tantas escuelas de foto, así que  aprendí a ser fotoperiodista en la práctica. 

-En este contexto de estar todavía recuperándonos de la pandemia, con una crisis económica muy profunda, ¿Cuáles son las dificultades que atraviesa el Colectivo de Fotorreporterxs?

En este contexto de pandemia las dificultades que atravesamos son más o menos las mismas de siempre: la precarización laboral, los medios que se achican cada vez más, los sueldos a la baja. Me parece que esto tiene ver directamente con los cambios en la narrativa visual. Los nuevos medios que surgen no contratan planteles de fotoperiodistas, ni fotógrafas, ni fotógrafos, tienen colaboradores eventuales por notas y eso tiene directamente que ver con esta narrativa visual, donde los grandes medios como los pequeños toman fotos de Instagram o de otras redes sociales como si fueran de uso público. 

-Con tu amplia trayectoria dentro de los medios de comunicación ¿Cuáles son estos cambios en la narrativa visual de los medios de comunicación en estos últimos años? ¿Encontrás más diversidad en cuanto a los relatos visuales y sus actores políticos?

Sí,  la diversidad en los relatos es algo que veo en los medios de comunicación más chicos, más alternativos e independientes. Esto tiene que ver con la disputa por el sentido. Nosotros somos constructores de sentido más allá de los medios para los que laburamos. Me parece que una de las grandes muestras de esa construcción de sentido es la muestra de ARGRA, que no es un medio, pero sí establece una narrativa con las múltiples miradas. Es nuestra edición propia que no está mediada por ningún editor de fotografía, sino por nosotros mismos, y esta puesto en una nueva narración mediada por ARGRA.   

-Un reconocimiento muy importante es que fuiste elegida como presidenta de ARGRA, la primera mujer en tomar ese rol en 80 años. Sabemos que por detrás de esta decisión hubo muchxs compañerxs, que previamente también se organizó en ARGRA la comisión de género. ¿Querés contar un poco de cómo fue ese proceso y cómo te encontrás hoy con ese rol? ¿Tienen alguna proyección sobre implementar políticas de género dentro de la asociación? 

Que yo haya llegado a la presidencia de AGRA tiene que ver con todo el laburo que venimos haciendo, anteriormente forme parte de distintas comisiones directivas, primero como secretaria después como vicepresidenta. Creo que principalmente tiene que ver con una decisión política que tomamos en 2019 de crear la Comisión de Géneros. A partir de ahí, fue la conexión con distintas compañeras de ARGRA, que es federal, así que distintas compañeras de distintas regiones del país.

Ese trabajo que fue la capacitación de conformación de la Comisión de Género, se crea para darnos una política de género transversal, para tener una asociación que sea cada vez más igualitaria a través de la capacitación y la formación que venimos haciendo desde hace un tiempo. La última fue la Ley Micaela para toda la Comisión Directiva, les profes de la escuela y para todas y todos les que tenemos responsabilidades institucionales. Venimos en ese camino y la proyección es paso a paso. Con formación y capacitación para todas y todos.  

– Cuando empezaron a reunirse con la comisión de género de ARGRA, ¿lo pensaron como una red de contención?

Sí, fue empezar a hablar e intercambiar con las compañeras, abrir un espacio. Hay una acción performática, nosotros nos planteamos junto con les alumnes de ARGRA venir al 34 Encuentro Plurinacional en La Plata y armar algo así como una galería colectiva. Muchas veníamos a laburar y muchas a participar de distintos talleres y quedamos en hacer una edición y una galería. Después nos dimos cuenta que la foto real fue una acción casi performática, cuando decidimos ir como trabajadoras a la asamblea, tomar la bandera y cambiar el genérico masculino de Asociación de Reporteros Gráficos, ponerles dos x, la que tanto molesta a veces. Esa fue la foto que quedó como resumen de nuestra participación, más que las fotos para la galería. Fue esa acción donde nos nombramos.

Cuando fuimos pensando el sentido, había una frase dando vuelta que no sé de quién es, pero dice: “lo no se nombra no existe y lo que no existe no tiene derechos”. En la asociación fuimos «reporteros», «fotógrafos», «socios», ahora somos «socias».  Está discriminado en nuestras credenciales y empezó a estar discriminado en nuestros chalecos que dicen «fotógrafas», hemos ido avanzando. Fue nombrarnos para reconocernos.

– Desde una perspectiva más colectiva también ¿no?

Venimos dando una construcción colectiva hace mucho tiempo. La máxima expresión de lo colectivo es la muestra que hacemos. No lo digo para hacerme la canchera y decir que conduzco el colectivo más copado del planeta, pero no hay un colectivo similar en el mundo, que año tras año haga una muestra colectiva con esas múltiples miradas.

Hacer libros colectivamente también, como el de los 30 años de democracia que se hizo con las fotos de fotógrafas y fotógrafos, un libro que a mi me conmueve. Cuando salió yo no estuve en el armado pero cuando lo vi, me emocionó mucho.  

-En estos años de trabajo como fotoreportera, ¿tenés alguna historia que haya surgido a partir de una nota o algún proyecto fotográfico que hayas hecho? Que te haya conmovido a nivel personal, que todavía sigas recordando y te siga resonando.

Historias y fotos que me hayan conmovido son muchas, no tengo un ensayo de largo aliento, si hago distintas fotos en las distintas asignaciones que me tocan. Muchas veces a pedido, y otras por motus propio, hago series de fotos. Tengo algunas sobre Derechos Humanos que se relacionan con las Madres, con los lugares donde hubo detenidos, con los ex-centros clandestinos de detención. Me conmueve mucho todo lo que tiene que ver con las Madres y con las Abuelas,  también los familiares que quedan después de una muerte por violencia institucional o de algún femicidio o travesticidio.

Fotografía de Eva Cabrera

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