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Hermanos Samira, la creación colectiva en el teatro | Revista Colibri
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Hermanos Samira, la creación colectiva en el teatro

Por Nicole Martin / Fotografías: Alana Rodríguez

Hace cuatro años se conocieron en un taller. De la experiencia y la afinidad, decidieron sumergirse en el agitado y profundo océano de la creación colectiva y la tormentosa autogestión. De la independencia, los ensayos y el constante apoyo en el otro y para el otro, surgió “Le Fin Infinité”, una obra donde seres sin tiempo ni idioma buscan amar, en una dimensión infinita. A partir del sábado 13 de abril estarán presentes en el Espacio Sísmico, por cinco sábados hasta el 5 de mayo.

En el relato se unen los hilos que construyen la historia, los personajes creados por cada uno de les integrantes del grupo, que sumaron su mirada en esta aventura. Aquellos números a los que les quedó corta la varieté ahora se funden en un espectáculo de dramaturgia bella, circular, como los loops que coexisten en la naturaleza. “Nos autoconvocamos”, dice a Revista Colibrí una de las actrices de la compañía Samira Hermanos, Inés Ibarlucía, quien además es socióloga. «Siempre fue horizontal, si ves los mensajes, los correos que nos mandábamos organizando cada ensayo, cada encuentro, fuimos buscando entre todes el método”, agrega.

Fueron armando cronogramas, que después no funcionaban, y a prueba y error fueron naciendo los personajes: “Fue caótico pero fue lo que dio lugar a la creación colectiva genuina», afirma Inés. Lo más difícil y lo más hermoso –sabemos en Revista Colibrí– que tiene la autogestión. Con los retazos creativos de cada uno, convocaron a los directores Walter Vázquez y Mauro Vuoto para ordenar y aportar una visión desde afuera. En ese momento, explica Iván Díaz Benítez, actor, “se sumó un órgano más al cuerpo, y fue aceptado”. “La historia pujaba por salir”, añade Inés. «Fue muy interesante el proceso, en el momento una no se da cuenta de lo que va haciendo, hay algo de la perseverancia y la confianza en este grupo», dice Carla Abelando, actriz. La obra tiene las marcas de las intervenciones de cada uno de los integrantes del grupo, pero también una estructura orgánica que une entre música, entre fusiones, entre vínculos y sostiene el relato hasta el final. O hasta el principio.

Dentro de lo visual, la escenografía y el vestuario, fueron las primeras tareas que se delegaron en el grupo. Julieta Ruz y Micaela Delgado fueron las que tomaron la tarea que había sido autogestionada hasta entonces, como todo lo demás. Julieta también es operadora de sonido. «Es como una pareja», dice Carla. Bueno, una pareja de siete. Religiosamente, semana tras semana, se juntaron a planificar y a crear. Samira Hermanos -en proyecto de hermanes- es una familia, que fue creando su obra más allá de los ensayos. Constancia, humildad, autogestión, amistad, son palabras que se van repitiendo entre las voces del grupo, todavía maquillados al final de la obra.

«Por la amistad y lo familiar pasa esto, que podemos estar en un cumpleaños y hablar, socializar, y de repente que pase algo y se convierta en un número», afirma Ramiro Garzón y agrega:»Creo que hacemos clown porque justamente lo que nos gusta es esto, el encuentro». «Está en el mismo nivel lo humano y lo artístico», dice Carla. Su colega, Guillermo “El Pela” Papasso coincide: «Nunca estás en bolas, siempre hay alguien que te ayuda, cuando pasan cosas, que siempre pasan, y ustedes no se dan cuenta, ahí está el compañero para ayudarte».


«Cada uno admira al otro», señala Ramiro. E Iván se detiene en hacer un «elogio a la crisis», porque las dificultades económicas y dentro de los vínculos fue lo que los potenció a crecer. La obra habla en lenguaje universal, entre el italiano, el castellano y algún otro dialecto más. Aunque nada es al azar, les integrantes de la compañía cuentan que los temas se fueron uniendo por arte de «magia». Los guiños feministas, presentes en la obra, el empoderamiento femenino, la pareja gay, no fueron planeados. Pero el mismo juego de creación comunitaria es lo que hizo surgir esta «humanidad», en este contexto y época. «Estos gestos feministas salieron porque estamos en esta vibración y porque es genuina la expresión del alma», fundamenta Ramiro.

Carla se pregunta: «Somos esto y también el momento en el que estamos, si nos llamamos ‘Samira Hermanos’ es porque cuando empezamos a trabajar no existía la conciencia que hay hoy, y si nos replanteamos hoy cambiar el nombre es…», y responde Iván que «…porque todas las preguntas y las crisis están habilitadas y de ahí surge el crecimiento, del constante movimiento».

2 Comments
  • Amanda Gladys
    Posted at 19:37h, 10 abril Responder

    Es un grupo maravilloso que ama lo que hace, se ve la entrega en el escenario. la sorpresa y la risa es constante ,y cada historia regala un mensaje. Valioso espectaculo ,que vale la pena disfrutar.

  • Daniel
    Posted at 20:04h, 10 abril Responder

    Leí la nota, muy buena.. volveré a verlos me dieron +ganas., Son muy grosses actores… Vale la pena ir . teatro de VERDAD… gracias por las risas.
    D.j.A

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