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Hiena, la oscuridad en una obra teatral | Revista Colibri
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Hiena, la oscuridad en una obra teatral

Por Facundo Pirola

Hiena, una obra de  Gulliver Markert y Alejandro Comes.

“ Los hiénidos (Hyaenidae), conocidos comúnmente como hienas, son una familia de mamíferos carnívoros pertenecientes al suborden Feliformia. A pesar de su baja diversidad, las hienas son únicas y constituyen un componente vital para los ecosistemas de África y algunos de Asia…”

Poco importa en el imaginario el rol vital como depuradores del ecosistema; su tarea de limpiar la tierra de carroña, su aullido que es mas risa macabra; su cara chata, mezcla de gato con perro infernal.. No es difícil de imaginar los motivos por los cuales se eligió a este animal para revivir un episodio oscuro de la historia policial de la Argentina.

Dos hermanos parricidas creen escapar de la policía yéndose a la costa. La trama no deja entreveros de misterio. Conocemos los culpables, conocemos sus planes de escape.

La obra no buscar explotar tanto los recursos literarios de la estética policial,  sino más bien explorar los límites del ritmo, la música y sonoridad en vivo y los elementos de la danza. Podría ser muchas cosas antes que una obra de teatro, pero al momento de entrar a sala y vislumbrar el ambiente turbio y sórdido de un Hotel frente a la playa el código es claro.

La puesta es precisa, simple y genera exactitud representativa: Un poco de arena donde pequeñas pistas y elementos se ocultan, los cuales irán revelando historia y pasado; un edificio azul petróleo con una ventana al enigma; y lo magnífico de un cartel de neón pintando la atmósfera cual albergue de zona roja.

El toque de época: un teléfono público, sí, de esos a cospeles y cúpula anti lluvia y viento,  que performa como un extraño médium  para un interlocutor invisible. El humo completa la escena. Humo que es bruma o neblina; neblina que recuerda relatos de policiales negros, de conversaciones de borrachos y soledad recorriendo las horas de la noche; sobretodos, pistolas y chambergos:

Hollywood parece resucitar sus 60’s en esos pequeños metros que conforman el escenario. Pero el toque argentino de Soriano recorre ese mismo escenario y se compone una historia puramente nacional desde la costa marplatense hasta el vestuario.

 

La actuación defiende a cada instante la obra. Una actuación centrada en el cuerpo, el absurdo y en elementos melodramáticos. La historia se desenvuelve de a poco pero tampoco importa. Cine, Teatro,  Telenovela, no es una obra de texto. Daría lo mismo que recite el feliz cumpleaños. Nada en la obra emite un juicio al respecto del crimen. Nada parecería querer contaminar el mero efecto artístico.

Al fin y al cabo la realidad y su ficción son la subjetividad puesta en juego.  Lo extraño, lo surrealista y lo absurdo componen un viaje al interior de la mente psicotizada del homicida, donde el cuerpo es el propio narrador de un relato violento que parecería apenas puede soportar.


El cuerpo se pone en juego junto a la música generada en vivo. Nada está grabado. El trabajo rítmico se disocia en el componente meramente perfomático del cuerpo y la musicalidad de los sonidos. Disparos en la noche, conversaciones enteras, discusiones con la policía. Todo es genuinamente etéreo como el mismo arte teatral. Los sonidos no se subyugan a la voluntad escénica, sino más bien, la definen y componen en su estética.

Hiena no es una obra de literalidad. No vayan a verla buscando tradición ni tampoco vanguardia. La necesidad de explorar y jugar cobra sentido en esta producción. ¿El nombre?  No busca tanto cerrar un sentido como explicar un contexto. Sólo imaginen el aullido de la Hiena, mezcla de risa macabra y gemido: la dualidad de la realidad, el crimen, la víctima y el verdugo, en un solo animal buscando carroña.   

 

Ganadora del primer premio Artes Escénicas 2017, categoría Danza y Teatro Físico del Fondo Nacional de las Artes.

Hiena, se presenta todos los viernes a las 23:00 en Espacio Sísmico, Lavalleja 960. Reservas por Alternativa Teatral

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