La poesía vieja en colectivo – «Paterson»

Recomendación de cine semanal

Por José Luis Santos

Paterson es el nuevo filme del excéntrico director Jim Jarmusch (Broken flowers, Mistery train) donde a simple vista recorre una semana en la vida de un colectivero (Adam Driver) que en sus ratos libre escribe poesía. El relato se desarrolla de manera gradual para refutar la premisa y reformular en el espectador la idea principal: Paterson es un poeta todo el tiempo y en sus ratos laborales maneja un colectivo.

El film a través de secuencias cíclicas nos introduce en las calles de la ciudad pero por la mirada de un artista. Donde cualquier conversación mundana o trivial es fuente de inspiración para el más repentino poema. Un semáforo o un atardecer logran emocionar al protagonista de la película y la maestría del filme está es que el mundo ordinario que lo rodea no logra avasallarlo.

El mundo ordinario a simple vista parece no declinar la fuerza de voluntad del protagonista a causa del personaje secundario que representa su novia Laura (Golshifteh Farahani) Narrativamente funciona como el lugar idílico y fuente de inspiración para su obra. Pero si se profundiza en la situación, se demuestra que el director susceptiblemente nos enseña  que no funciona de esta manera. Salvando la trama de caer en tópicos sobre el escritor que pueden tildarse de tendencias machistas.

Paterson objetiviza inconscientemente a su novia a través de una burbuja de bien estar creando una atmósfera que repercute en el espectador con una densidad que se prolonga y que aumenta escena a escena. El artista sortea cada situación en la que se pueda llegar a generar algún tipo de conflicto con su novia Laura. Ejemplo de esto es la adulación constante a todo emprendimiento que ella propone como aprender a tocar la guitarra, pintar todos los objetos de la casa de forma monocromática o cocinar el fin de semana galletas para vender en una feria.

Paterson además debe cargar con su nombre que es igual al de la ciudad en la que pasa sus días. El problema de esto es que el lugar está cargado de grandes celebridades que salieron de esas calles. Desde poetas como Allen Ginsberg o William Carlos Williams. Entre la carga artística topográfica y los sueños de su novia de volverse una cantante de folk Paterson  inhibe sus pretensiones comerciales de publicar su obra.

La dirección funciona paralelamente para reforzar esta idea de cambio gradual e imperceptible a través de planos medios y generales pero estáticos, dotándolos de solidez. La iconografía marcándonos los días de la semana también acompaña esta idea, al igual que las letras sobre el plano cada vez que a Paterson le surge un poema. Es decir Paterson es sensible a tal punto que a simple vista el mundo no lo hiere gracias a su espíritu sencillo. Constantemente lo vemos en el colectivo, en su casa, en el bar y otra vez la secuencia vuelve a repetirse incansablemente.

Paterson encuentra consuelo de ese mundo vertiginoso y violento que es la calle y del espacio demasiado idealizado que es el amor platónico de su novia en su libreta de escritos. Pero es difícil encontrar esos rasgos de manera explícita y ahí surge la grandeza del relato. Lo vemos escribir como si no tuviera otra cosa mejor que hacer. Incluso el mismo Paterson no piensa en publicar sus poemas, ni siquiera comenta a los demás de su producción artística a no ser que le pregunten.

La película trata de forma intrínseca el incansable problema del artista en la sociedad moderna. Paterson sabe que es poeta pero no puede aceptarlo, el ritmo cotidiano de la ciudad no se lo permite admitir y si lo hace cierta vergüenza se transmite en la pantalla. Ejemplo de esto es el inspector de colectivos que siempre interrumpe a Paterson mientras escribe.

La película no sería una crítica al estado del artista enajenado simplemente si Paterson no se preocupara frente a la falta de escritura. Si solo se conformaría con volver a casa junto a su novia o tomar la cerveza en el bar de Doc (Barry Shabaka Henley) como todas las noches. Que escriba seria solo un toque de color por parte del guion.

Destaco nuevamente entonces que frente a la sensibilidad extrema del protagonista que a simple vista transforma la historia en un relato naif hay un sólido grado de dramatismo que convierte la película en un conflicto interno constante.

Paterson puede adaptarse a lo que le es presentado cada día cuando mira su reloj, a la rutina laboral y al concepto propio de relación amorosa. Pero para alcanzar su estado de libertad primario necesita escribir y si la circunstancia no se lo permite debe estar cerca de los escritores como por ejemplo: El japonés que le regala un cuaderno en blanco o la niña que escribe poesía sobre la lluvia.

Paterson es el grito silencioso en el puente de Edward Munch pero con camisa celeste y un colectivo de línea que conducir de lunes a viernes. Una película profunda y compleja que no se esconde pero se viste de simplicidad a través de una historia delicada con un relato cargado de significantes y de protesta al lugar del artista moderno. Con recursos fílmicos que son la marca de un autor cinematográfico, ejemplo de esto sus destacados fundidos a negros al terminar una secuencia o sus personajes secundarios caricaturescos pero cargados de humanidad.

LO DESTACADO

-La presencia del perro como reflejo del conservadurismo social frente a la obra de arte.                       – El desamor como conflicto principal en los personajes secundarios.

 FICHA TÉCNICA

Título: Paterson

Título original: Paterson

Dirección: Jim Jarmusch

País: Estados Unidos

Año: 2016

Fecha de estreno: 07/12/2016

Duración: 113 min

Género: Drama

Reparto: Adam Driver, Golshifsteh Farahani, Kara Hayward, Sterling Jerins, Luis Da Silva Jr., Jared Gilman, William Jackson Harper, Frank Harts, Barry Shabaka Henley, Rizwan Manji.

Distribudora:: Vertigo Films

Productora:  Animal Kingdom, Amazon Studios, K5 Film