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"Lenguaje y escritura: derroches vitales", reseña de El viaje inútil | Revista Colibri
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«Lenguaje y escritura: derroches vitales», reseña de El viaje inútil

Por Rocío Lema

Camila Sosa Villada es actriz, dramaturga y escritora trans. Es cordobesa, y sus comienzos en la escritura fueron gestados en La novia de Sandro, su propio web blog. En 2018, escribió El viaje inútil, un recorrido por su infancia trans, su comienzos en la escritura y su familia.

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En las primeras líneas de El viaje inutil inmediatamente se quiere recordar, o se recuerda, quién  y cuando te enseñó a escribir. Es mágico, el libro funciona como una especie de artefacto que permite viajar a través del tiempo.

Su madre le enseñó a leer, su padre a escribir y ese es el puntapié de su grandioso relato. La calidez y sencillez de sus palabras permiten, de forma imperceptible, penetrar su mundo inmediatamente.

Camila Sosa Villada se convierte en el pequeño de cuatro años que escribía letras en cursiva  y en imprenta, mientras hacía fuerza para recordar cada una de las palabras del cuento que su mamá le leía todas las noches, para luego leerlo por primera vez solo.

El viaje inútil es un relato autobiográfico. La autora en carne viva expone -supongo- algunos de sus más preciados secretos: la historia familiar, amores y odios. “La gente que me lee, algunos amigos, algunos lectores desconocidos, a menudo me agradecen que convierta hechos aparentemente terribles de mi vida en literatura”. Yo también se lo agradezco. Sosa Villada desborda la sensibilidad propia de les artistas y brilla.

Habla de su vida atravesada por el teatro y la escritura. Su cable a tierra, su arma de vida preferida -quizás su única arma- en un mundo hostil a lo “diferente”, a lo no dado, al no “ser”. Entonces, deleita: “Escribir sobre esas travestis como las últimas revolucionarias  (…)  como la última bohemia que conocí. La última poética que parte de algo tan inesperado como las zonas rojas y una comunidad tan marginada como hemos sido las travestis. Es necesario poner en palabras esa pieza que falta en el inconsciente colectivo”.

 El viaje inútil te arrima a la fragilidad de un niño pequeño en el medio de campo, sintiendo que ese cuerpo no le pertenece. Una adolescencia irreverente, contestataria y sufrida. Regala momentos de felicidad y amor; de complicidad trans. Llegado el final, te escupe una mujer fuerte, desobediente y que escribe sobre lo espontáneo. Sobre la vida. Sobre otras vidas. El viaje inútil, es sin dudas, el viaje más útil de todos.

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