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Madre soltera y el derecho a decidir: “Una vez fuiste salvaje” | Revista Colibri
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Madre soltera y el derecho a decidir: “Una vez fuiste salvaje”

Por Agustina Verdi

“Una vez fuiste salvaje”, dirigida por Juan Brousset, es una obra basada en el texto “El hijo de Agar” del dramaturgo José González Castillo escrita en 1915, donde se relata la problemática sobre les hijes de madres solteras. Pero acercándose al presente, para reflexionar cómo impacta en la actualidad, luego de la sanción del aborto legal. Tiene funciones los domingos de agosto en Planta Inclan (Inclán 2661, CABA).

“El hijo de Agar” habla de los derechos de las mujeres sobre su propio cuerpo al momento de atravesar un embarazo no planeado. En 1915 cuando fue escrita, el Código Civil determinaba que les hijes extramatrimoniales tenían prohibido averiguar sobre sus parientes (entre otras cláusulas donde se veía claramente el poder de la Iglesia Católica para influenciar la legislación del Estado). 

La dirección de Juan Brousset en “Una vez fuiste salvaje”, adapta el guión de una forma poco convencional, para hablar de la problemática de hoy. En la escena un hombre de vestimenta negra con partes de su cuerpo desnudo, cuero, tachas y una corona metálica enaltece a una criatura extraña. El vestuario está a cargo de Nube que hace una propuesta retrofuturista, donde los cuerpos de los varones son más expuestos que los de las mujeres: ellos tienen tangas minúsculas ellas casi boxers, discutiendo la estética tradicional.

Él sostiene una caja donde se encuentra el hijo de Agar y su probable condena por parte de la sociedad. Lo alza, lo mece, lo trata con amabilidad, pero es un trato cínico porque el destino de ese niño, si se siguen los mandatos que la ley dispone, no será de felicidad.

La escenografía, el diseño de iluminación y luces están a cargo de Micaela Masera Lew,

Carolina Pelassa y Laura Saban, hay un círculo de luz dispuesto en el centro del escenario, lo atraviesan los cuerpos en escena y en ese pasaje se transforman, se reflejan, se conectan, respalda lo que va sucediendo, y las luces acentúan el Momento: cuando la escena es más violenta, aumenta la luminosidad y va cediendo su potencia si hay cosas que ocultar. 

La luz y la sombra como contrapartida de una sociedad donde la Justicia señala y mira las acciones de algunes y omite y deja en la sombra a otres, dependiendo de la condición social que se tenga.

“Una vez fuiste salvaje” trabaja sobre la posibilidad de un aborto, porque ese hijo extramatrimonial será discriminado desde su natalidad. Actualmente, a les hijes de las madres solteras no se los expulsa de espacios de socializacion convencionales, pero sí hay estigma sobre la decisión de estas mujeres. Pese a la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, sancionada en 2020, en muchas localidades del país, la aplicación del derecho al aborto legal, seguro y gratuito tiene dificultades.

Hay brechas en el acceso al aborto entre distintas juridicciones. La tasa del aborto, que mide la cantidad de abortos por mil mujeres y personas en edad fértil, muestra la desigualdad en el país: en CABA es de 5,6, en Tierra del Fuego es de 4,3, mientras que en Chaco es menor, 0,9 y, en Formosa, de 0,6 según el Proyecto Mirar, una iniciativa de Cedes e Ibis Reproductive Health. El proyecto monitoreó en todo el país la aplicación de la Ley 27.610 de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y atención posaborto a través de indicadores y de la experiencia de actoras clave de las políticas y de la provisión de servicios de aborto.

Esta obra interroga la mirada social, religiosa y política en la que se encontraban mujeres de su tiempo pero la actuación disonante con el texto y los cuerpos expuestos de Leandro Altamore, Nanu Gerones, Valentina Pagliere, Nicolle Scher, llevan a entender el relato como algo de este momento. A pesar de los 100 años transcurridos desde su estreno, la obra adquiere hoy una enorme vigencia.

Agar hoy podría ser construida como una “mamá luchona”, el nombre que reciben las mujeres jóvenes de bajos recursos que tuvieron embarazos tempranos y deciden llevarlos adelante y hacerse cargo de la crianza solas. Como en ese momento, estas realidades son atravesadas con dificultad y más en una baja condición social.

Los actores en escena asumen el desafío de presentar esta obra clásica que impacta en la coyuntura actual, provocadora desde su origen. Producida por Constanza Legname, con asistencia de Naomi Higasihiga, música en vivo y sonidos de Ignacio Lecs, Fotografía de Basstardo_ph, May Becerra, David Stephane y más colaboraciones artísticas, la obra asume el compromiso de trabajar la obra de José González Castillo, un autor que ha sido prohibido, olvidado y postergado por su compromiso político y social, y el espíritu libertario de sus trabajo.

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