Pablo Gomez Samela – Foto de la semana

Por Alma González

Para nuestra #fotodelasemana presentamos la obra del fotógrafo Pablo Gómez Samela, actualmente dedicado a la temática pop y quien además es director de videoclips y documentales.

“Todo mi trabajo es una fusión extraña entre momentos de mucha intimidad y una gran extravagancia de color. Me gusta aportar a momentos únicos, elementos desencajantes, dejar de lado cualquier tipo de condición que nos imponga la sociedad y vivir libremente la expresión de los cuerpos, la melancolía y el deseo sexual”, declaró para Revista Colibrí.

Su infancia transcurrió en Corrientes, provincia donde tuvo su primer acercamiento a la fotografía: “Mis viejos me daban la cámara analógica cuando hacíamos viajes familiares y yo era el encargado de ir retratando todo lo que me diera ganas. Después íbamos juntos a revelarlas y esperaba impaciente el momento de ver el resultado final”.

La búsqueda de algo nuevo lo trajo a la Ciudad de Buenos Aires, acompañado por un proyecto documental que lo llevó adentrarse más en el mundo audiovisual. “El proyecto documental pasó por varias etapas: en un principio iba a ser sólo una serie de retratos fotográficos de personas que me interesaban por su historia de vida. Después se me ocurrió que además tendría que haber una entrevista. En un momento me uní a una amiga guionista y diseñadora de imagen y sonido y decidimos que cada historia podría tener un microdocumental. Todo se fue poniendo más ambicioso y después de mucho tiempo de pensar, filmar, fotografiar y escribir, creamos ‘Revista Xer’. Decidimos volcar todo a una web donde iremos mostrando estas historias. El año pasado publicamos varias y este año tenemos pensado publicar más”.

Sus fotografías nos transportan a una atmósfera donde el goce individual y colective se encuentra despojado de todo tipo de mandato social patriarcal. “Soy muy fan de la escena queer, la escena de música under, la lucha y el activismo por un montón de causas que hay en Buenos Aires. Por eso muchas de las personas que forman parte de mis proyectos fotográficos son parte de estos escenarios”.

Por criarse fuera de la ciudad, elige la hora de la siesta para fotografiar: “Desde muy chico encontré en ese horario un momento único de intimidad y de encontrarse con une misme, en el que une puede sentirse libre, alegre, melancólico, íntimo y hay un silencio importante en el ambiente que te deja fluir con libertad”. Ahora, en la ciudad de la furia, “trato de generar ese clima cuando lo necesito. Estando solo o con compañía me encanta aislarme del mundo exterior, escuchar música, pensar en lo que estoy haciendo y por sobre todo imaginar, imaginar mucho”.