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Ramona presente, ahora y siempre | Revista Colibri
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Ramona presente, ahora y siempre

22 de junio de 1977 – 17 de mayo de 2020
Ciudad de Buenos Aires, Argentina

 

Por: Camila Barreiro // Ilustración: Alana Rodriguez

 

Este perfil forma parte de Adiós en cobertura, un trabajo colaborativo en el que participaron más de 25 periodistas y diseñadoras de América Latina para contar la historia de les periodistas fallecidos por covid-19 en la región. Un espacio para rendir memoria y homenaje a su labor publicado en Distintas Latitudes.

“No sabían que era semilla”, repetía Ramona Medina (42) a sus vecinos del Barrio 31 y compañeros de la organización social La Poderosa. Como una suerte de premonición, esa frase floreció en murales, stickers y mantras luego de su muerte por covid-19 el 17 de mayo de 2020.

Las condiciones en el Barrio 31, y otros rincones vulnerables de Buenos Aires, se volvieron aún más hostiles con la pandemia. “No pedía solo por ella, pedía por todo el barrio. Vivía en una pieza chiquita con muchas personas y una hija con discapacidad”, cuenta Gabi, amiga de “Ramo”.

“No bajes los brazos, que no te importen los de afuera y subí la cabeza”, le decía a Tami, una de sus compañeras de lucha, como referente del área de salud de la Casa de las Mujeres y Disidencias de La Poderosa. Ella se fue convirtiendo en comunicadora por necesidad, “cuando se dio cuenta de que su voz interpelaba, se transformó en vocera del Barrio”, cuentan. Filmaba videos, iba a la radio y daba notas a los medios que la ayudaran a expandir su realidad.

Ramona siempre sonreía mientras colaboraba en el comedor Gustavo Cortiñas. Con su mate en la mano, bailaba cuarteto, convidaba empanadas tucumanas (provincia de la que era oriunda) y preparaba una torta para cada cumpleaños. Era tan generosa que hasta compartía su alegría: si sabía que alguna vecina estaba mal, la buscaba para hacer zumba y olvidar la tristeza.

“Te transmitía todo lo que la atravesaba, desde sus emociones hasta sus pensamientos. Sus miradas transmitían todo”, esboza Gabriela Ramos. Era tan abocada a su lucha que pocas veces se dedicaba tiempo a ella misma, sin embargo, festejaba cada pequeña victoria y disfrutaba con sus hijas.

Luchando por agua para sanitizarse y sin posibilidades de ser reubicada a pesar de ser paciente de riesgo, se contagió de coronavirus y murió días después en el hospital. Su ausencia se puede palpar en las voces de quienes la recuerdan, mientras continúan con su legado y entrega.

Ahora queda la “lucha para que a nadie le vuelva a pasar”.

Este perfil fue construido con los testimonios de Gabriela Ramos, amiga y colega de La Poderosa en el Barrio 31, y Tamara Noga, amiga y delegada de La Poderosa en la Villa 21-24.

 

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