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¿Qué es la neurodiversidad y cómo se vincula con lo cuir? | Revista Colibri
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¿Qué es la neurodiversidad y cómo se vincula con lo cuir?

Por piero alumine*

 

Para adentrarse en el mundo de la neurodiversidad es importante detenerse en un aspecto clave: no existen dos cerebros iguales, es decir no hay dos personas idénticas. Aunque la anatomía puede ser dividida artificialmente y analizada en términos universales (como áreas, lóbulos), lo cierto es que las particularidades se construyen según variables que exceden lo orgánico-fisiológico. El libro El cuerpo lleva la cuenta, escrito por Bessel van der Kolk (2014), indica que las situaciones traumáticas pueden provocar huellas que inciden profundamente en nuestro sistema nervioso. De esta forma se puede afirmar que, tras las experiencias de vida, la estructura cerebral se modifica. 

Saskia Ludovica es una persona trans de género fluido que se reconoce neurodivergente, es también participante de la Asamblea por el Cupo TTNB, en diálogo con Revista Colibrí expresó: “sabía que mi cabeza funcionaba a otros ritmos, pero no sabía cómo nombrarlo, cuando escuché el término dije ‘sí, soy una persona neurodivergente para este sistema’”.

El término neurodivergencia surge en la década del 90 en Estados Unidos, acuñado por la socióloga autista Judy Singer. Propone una revolución respecto al lugar que se le ha dado a lo «disfuncional», a lo que no se “adapta” desde el discurso del control social y del paradigma psicopatológico. Un aspecto significativo de dicho concepto es que la rebeldía enunciativa-política proviene y es reivindicada por quienes históricamente no han tenido voz, generando una toma de conciencia que reconoce que lo convencional y la hegemonía son barreras para quienes se identifican neurodivergentes. Se cambia el foco individual por el multidimensional, es decir se considera el complejo entramado puesto en juego. 

¿Se puede seguir hablando en términos de desórdenes mentales?

La locura ha sido -y continúa siendo- objeto de estudio de varias disciplinas médicas y no médicas, las llamadas “científicas”. Desde tratamientos morales, encierro y cadenas, hasta fármacos, han ido mutando las formas de abordaje. Asumir la neurodivergencia implica reconocer los aspectos que caracterizan a las personas, como sus capacidades y necesidades particulares, adentrándose en el mundo interno de estas, en su esencia. Manifestar, como expresa Leonor Silvestri en Enemiga Pública, que “el valor radica en que personas que usualmente son acalladas, o de las cuales se habla, es decir son el objeto de análisis y de charla, pero no tienen voz, se expresen, y las podamos ver”.

Ser neurotípico es ser funcional para un sistema, si no podés con eso, algo te pasa. A mí me parece perfecto no poder a veces”, expresó Saskia en referencia a un sistema que otorga valor a las personas que se “adaptan” a los escenarios preconfigurados -laborales, educativos, sociales- y reproducen sin aparentes dificultades lo establecido por convenciones sociales (como levantarse, llevar una rutina, comer, bañarse), personas a  las que se denomina “neurotípicas”. Entonces, ¿ser «normal» sería equivalente a realizar una perfo?

Actividades cotidianas provocan un reduccionismo en la capacidad de funcionamiento de las personas. Un ejemplo de esto sucede en la educación formal (“normal” para Sarmiento). El desarrollo de la tarea de enseñanza suele encontrarse estandarizada y centrada en aspectos que el sistema considera relevantes. Disciplinas como la matemática, la física y la química son valoradas en detrimento de otras áreas como las artísticas o la Educación Sexual Integral. Se asume que todas las personas procesan la información de la misma manera y, si existen excepciones, se resuelven de forma individualista y centrada en quien “no puede”.

¿Qué pasaría si se cambia la perspectiva del asunto aportando otros saberes? 

Asumir la neurodivergencia es asumir la diversidad: implica reconocer lo que cada une tiene, las necesidades y los límites particulares. El problema es que este ejercicio en términos lucrativos implica una organización totalmente distinta de los espacios. Volviendo a la escuela, ¿puede una persona estar a cargo de 30 niñes y atender cada situación individual, sin perder de eje lo colectivo y los saberes que se espera transmita dentro del aula? La respuesta no sorprende, porque la explotación es uno de los pilares del sistema capitalista. ¿Es necesario seguir sosteniendo las estructuras?

¿Por qué hablar de lo neurocuir? 

Nick Walker, autora y educadora autista, asocia lo neuro con lo queer, siendo esto último traducido como “lo raro”, «lo que rebasa la norma». Si nos situamos en esta parte del mundo, ser y asumirse neurodivergente es un juego similar al que realizan las tortas, les putes, les bi, les trans, travestis, travos, nb, les mostris, les cuir.

Las identidades que bordean, construyéndose fluidas, móviles, desde una lógica autoperceptiva, lo hacen en un mundo hostil y violento, donde la expectativa de vida de las travestis es de 35/40 años. Les neurodivergentes  conocen de cerca ese tipo de violencia, la edad promedio de fallecimiento de personas autistas es 36 años menos que la población general. 

Entonces, ¿existe el concepto neurocuir? Existe porque se nombra y desde ahí se crean comunidades, se construyen lazos, redes, se explican realidades y se entienden mecanismos de funcionamiento particulares.

“Antes me autoexigía y me preguntaba ‘por qué no puedo con esto si todo el mundo lo hace’, ahora sé cómo funciona mi cabeza, puedo ponerme un parate, un descanso”, continuó Saskia. Identificarse así no solo le permitió un registro más profundo sobre sus emociones y necesidades, sino que también habilitó otra manera de habitar espacios como el laboral.  

Ciertamente es un tema del que queda mucho por profundizar, principalmente escuchar a quienes tienen información para compartir sobre sus experiencias diarias. Saskia reflexionó ante la pregunta sobre una palabra para el afuera, para quienes no conocen, para aquelles que leen o escuchan el término por primera vez, la respuesta es la misma que para el adentro, para elle con elle misme: “empatía”.  

guarda

*Sobre el uso de mayúsculas y minúsculas: este autor no utiliza mayúsculas, e intenta escaparse de las convenciones ortográficas, por consenso editorial se pautó el uso de las mismas para la publicación de esta nota.

 

Sobre lx autorx: mas que unx, nos asumimos varies. un systema de identidades que fluctuan y se mueven. volatil, de volar y de explotar, como una molotov pero sensible.


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