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Soñar con la cámara- Laura Dalto, Otros Focos | Revista Colibri
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Soñar con la cámara- Laura Dalto, Otros Focos

Por Agustina Verdi

Laura Dalto en el patio de su casa – Foto Alana Rodriguez (Revista Colibrí). CC

Un jardín verde y florido se encuentra luego de atravesar la casa de Parque Avellaneda donde vive la fotoperiodista Laura Dalto. Allí toma mates y comparte con su compañero al volver al hogar, para olvidarse un rato del gris cemento que predomina en la ciudad y relajarse luego de un arduo día de trabajo.

A sus 40 años, sostiene que dedicarse a la fotografía es su pasión, pero a veces llega a su casa un poco cansada, no por este trabajo sino por los que sostiene en paralelo. Las condiciones precarias del oficio de sacar fotos de forma independiente la llevaron a complementar con otros empleos para tener un mejor ingreso. “Cuando solo tenés tus ganas y herramientas profesionales, es un trabajo de hormiga”, suelta.

Es un sueño cumplido ser fotoperiodista, pero tuvo que trabajar muchos años para asegurarse que era posible dedicarse a eso. Laura es de familia humilde y si bien la fotografía siempre le causó admiración, recién a sus 24 años logró comprarse su primera cámara semiprofesional y pronto arrancó a sacar fotos de bandas, en ese momento de manera informal, como hobby nada más.

Entendió siempre que sobre los sueños hay que trabajar, por eso se formó en la fotoescuela CeiC de San Justo en 2011 y, cuando la economía se lo permitió, en 2018 ingresó a la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) para dedicarse al fotoperiodismo. 


El primer lugar al que llevó la cámara fue a la calle
, ese espacio público donde distintas injusticias se manifiestan y se hacen visibles para el ojo de todo el mundo. Siempre participó de movilizaciones pero su sensibilidad social con, ahora una cámara en mano, la llevó a construir criterios profesionales de lo que es un buen trabajo. “Yo creo que una foto es primero estar en el lugar, sensibilizarse con lo que está sucediendo, pero siempre dejando el morbo de lado”, afirma.

Entiende que lo principal es conectar con lo que pasa, hablar con las personas que están allí, entender la problemática de lo que está sucediendo y después disparar. La intuición es guía para lograr captar un momento porque no da tiempo para pensar el mejor cuadro, la mejor luz, y otras cuestiones que se deciden en una foto de estudio. 

Un viaje la marcó para poder asegurarse que es posible dedicarse a hacer cosas que siempre soñó. A los 30 años comenzó un viaje de mochila en Colombia donde surgió hacer un trabajo de foto. Gracias a su cámara pudo participar de un trabajo documental registrando comunidades de distintas regiones durante varios meses. “Ahí me di cuenta que esto era lo mío y también pude romper la idea de que ser pobre no te permite viajar”, dice.



Para Laura, lograr una foto es el desafío de reunir elementos que sintetizen un momento particular, que puedan condensar un suceso en su totalidad. Transmitir alguna emoción, no necesariamente agradable, pero que genere un movimiento en quien la mira. Es una búsqueda artística personal de alguien que entiende el arte como una herramienta para transformar la realidad.

El jardín verde del fondo de su casa en Parque Avellaneda, también transforma la idea de que en una ciudad como Buenos Aires con un gran mercado inmobiliario, se puede vivir en espacios que no estén rodeados de cemento en pocos metros cuadrados. Su casa es símbolo de resistencia, como los íconos que en ella se encuentran: el pañuelo verde de la lucha por el aborto legal visibile ni bien entrás, al lado colgada una gorra con estrella roja característica de la lucha revolucionaria del Che Guevara, entre otros que son las ideas de base que construyen la mirada empática de Laura.


La foto es un recorte y donde se pone el ojo, también se plantea un punto de vista ideológico, por eso ella documenta escenas de lucha, escenas de realidad popular que habitan el mundo desde la resistencia. Con su cámara las puede registrar y eso la llena de felicidad. “Mi gran satisfacción es dedicarme a lo que me gusta y eso no lo cambio por nada”, concluye.

 

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