Sostener la pantalla, Festival De Cine de Chascomús – Arte para el Cafe #11

Por Carla Peverelli
Diseño portada Flor Nicolinni

El Festival Nacional de cine de Chascomús celebró su 8va edición los primeros tres días de septiembre de 2023. Se trata de una competencia nacional de largometrajes, cortometrajes y videoclips, muestras, espacios de formación y música. Todo libre y gratuito para la comunidad.
Elías Pedernera, director y programador del festival de cine de Chascomús, conversó con Revista Colibrí y contó cómo se lleva a cabo este proyecto. La producción es de 3 días de actividades en diferentes puntos de la ciudad de Chascomús, organizada por un grupo de amigues y de trabajadores de la cultura cinematográfica.
Desde hace ocho años llevan adelante este espacio autogestivo, en coproducción con la Municipalidad de Chascomús y el apoyo económico del INCAA.

¿Por qué es importante producir este evento abierto, libre y gratuito durante 3 días en diferentes puntos culturales de la ciudad de Chascomús?

Porque Chascomús es una ciudad turística que ha evolucionado culturalmente desde un montón de aspectos y un montón de lenguajes. Además, porque es una ciudad que no tiene cine, el cine ha tenido idas y vueltas. Cuando yo era chico por lo menos había, y ahora hace ya más o menos 15 años que no hay.

A partir de ahí surge. A fines del 2014 empezamos a pensar la posibilidad de armar este espacio, este festival de cine en la ciudad y siempre la premisa fue descentralizar y que las cosas no solamente ocurran en el centro: en el Teatro Municipal Brazzola. Aunque es un espacio hermoso y creemos que es el espacio que está mejor acondicionado para esto, porque tiene para proyectar y porque el sonido está bueno, nuestra idea era empezar a descentralizar lo que ocurre en el centro.

Sabemos que hay personas que son de los barrios, que no van al centro y viceversa. Nos pareció interesante acercar el cine a otros lugares y, por eso, hacemos actividades y talleres en los barrios. Este año estamos dando talleres en la Casa de Casco y en la vieja estación. Tenemos una proyección en Mundo Gurrumin, un espacio alternativo y una sala de teatro hermosa e independiente en la ciudad. Ésta también surge al salir de la centralización que hay sobre las actividades y nos pareció importante encontrar diferentes puntos de la ciudad para llegar a proyectar las películas en competencia, fuera de competencia, los talleres y las actividades que ocurren.

La mayoría somos de Chascomús y, a partir de que no haya cine en la ciudad, empezamos a pensar en cómo generar un espacio nuevo de cine nacional e independiente. Había que empezar a construir ahí un espectador que tenga ganas de ver lo que no es tan mainstream. Tuvimos que pensar la programación para el acercamiento del público a este tipo de cine que amamos.

Más o menos hubo alrededor de 40 festivales este año en la provincia de Buenos Aires, y es muy interesante ver qué pasa en los lugares donde no hay cine pero los festivales vienen a ocupar otro lugar que las pantallas no tienen. 

Un espacio de militancia y de resistencia a un montón de problemáticas que vamos atravesando como sociedad y empezar a visibilizar a partir de este lenguaje como apoyar. Entender que el cine también nace -como todo movimiento artístico- como una protesta, como una necesidad de responder ante el avance de un montón de cosas y el no retroceso. A partir de ahí creemos que estas pantallas que hay en toda la provincia de Buenos Aires y en todo el país es necesario que se sostengan. Desde ese lugar creemos que es necesario sostener la pantalla del festival de cine de Chascomús.

El festival no es solo cine y competencias, también hay actividades, capacitaciones y talleres donde participan proyectos audiovisuales, experimentales y de investigación. ¿Cómo es el proceso de selección y convocatoria a dichos proyectos?, ¿cómo promueven la federalidad, diversidad y la inclusión en la selección?

Nosotres abrimos la convocatoria durante más o menos cinco meses y dejamos un margen de tiempo para hacer la visualización de los trabajos. La programación la hacemos Majo, Dante y yo, Elías. En el proceso de selección, tenemos en cuenta qué tenemos ganas de mostrar ese año como programación y, como siempre, pensamos en una programacion diversa donde haya disidencia, donde haya representación de las mujeres no solamente desde la historia que se cuenta sino desde los equipos de trabajo. Desde hace muchos años que, cuando hacemos el trabajo de programación, ponemos el énfasis ahí: en que sea lo más diverso y plural posible.

En cuanto al contenido, hacemos una observación bien fina en cuanto a lo que queremos mostrar como festival y qué nos interesa contar. Aunque a veces creemos que por ahí una producción no puede convivir con la otra, entendemos que hay algo de cómo pensar las miradas y de cómo se articulan los equipos de trabajo. Incluso cómo el festival se puede volver federal en relación a cuántas provincias participan, si de repente termina siendo un festival que convoca sólo proyectos de Capital Federal, La Plata y algunos sectores de la Provincia de Buenos Aires o si se abre un poco ese juego.

Esa es la idea de todos los años, elegir materiales que representen no solamente a las provincias sino también por lo que pasa internamente dentro de sus culturas. Eso nos parece re-interesante al momento de pensar la programación. En relación a los talleres, siempre los pensamos primeramente para la gente de Chascomús porque acercamos el cine a la ciudad y no solamente lo que implica una película, un corto, un largo o un videoclip, sino también qué pasa con los diferentes lenguajes que se articulan dentro del lenguaje audiovisual. Por eso, también tenemos música en vivo, talleres de videoclip, stop-motion, cine literal, actuación, fotografía, entre otros.

Siempre fuimos pensando cómo ir trabajando cada área, cada espacio que conforma el lenguaje audiovisual para que la gente de Chascomús tenga la cercanía de hacer estos talleres. Como todas las actividades del festival, son con entrada libre y gratuita, lo cual también está bueno porque es un lugar de formación donde nosotres ponemos todas las herramientas de trabajo y de gestión para que el taller pueda ser gratuito y que la gente pueda acercarse.

Obviamente que también es un espacio no solamente para los vecinos y las vecinas sino también para les realizadores que, por suerte, vienen un montón a acompañar sus producciones. A partir del año pasado y este año también hacemos un encuentro entre realizadores y realizadoras que se llama “Fabricantes de imágenes”, donde nos conocemos, entendemos de dónde vienen, con qué trabajo vinieron y también articulan alianzas entre los mismos realizadores y realizadoras. Fue una propuesta de un equipo: “Che, mira vinimos a Chascomús, estuvimos en el festival, vimos las proyecciones pero no conocimos a ningún compañero ni compañera realizadora”. Entonces dijimos, bueno, pensemos un espacio que pueda articular este encuentro y a partir de ahí lo organizamos.

¿Cómo es la selección de jurados por año?

Tenemos un listado enorme de personas que nos encantaría que conformen el festival. Todos los años recurrimos a ese listado y a partir de ahí nos ponemos a pensar en el cómo. 

Lo primero que pensamos es en la representatividad de compañeras, entonces siempre buscamos mayoría de juradas y jurades, porque nos interesa lograr un espacio realmente diverso y entender el contexto donde se van dando las ediciones del festival. 

Por otro lado, desde el saber, desde el pensar, desde el accionar, desde las miradas que tienen quienes participan jurando los trabajos… Ahí empezamos a pensar: una triada de jurados de corto, una triada de jurados de largo, se empieza a articular lo realizativo, lo actoral, la mirada hacia los videoclips, hacia la actuación, hacia la fotografía, hacia la historia, hacia la narrativa. Tratamos de que sea lo más plural posible y siempre tenemos un invitado, una invitada, un invitade que haya estado el año anterior y que haya ganado la edición en corto o largo para que no sea solamente un encuentro desde su participación en la competencia sino ya con una mirada realizativa sobre los trabajos 

Se nota que con cada edición, el festival crece, crece la difusión, crece el público y crece el reconocimiento…¿cuáles son sus próximos pasos?

Estamos en la 8va edición y ya estamos planificando la décima (risas). Gracias al trabajo que hemos hecho, está creciendo un montón. Trabajamos todo el año, pensamos cada cosa que hacemos, le damos vuelta para un lado y para el otro porque nos parece re-interesante cuidar este espacio que nos costó mucho. Yo soy un poco más la cara visible, por ahí el que más habla, pero las personas que conforman el festival son más de 20 y cada uno desde su área, entendemos y queremos este festival. Lo entendemos como necesario y lo cuidamos. Nos encanta que la gente venga y lo disfrute.

En su 8va edición, fueron premiadas cuatro producciones audiovisuales y siete fueron distinguidas con una mención especial. En Chascomús, se disfrutó del cine nacional en competencias y proyecciones, en las que se destacaron «Algo que pasó en año nuevo» de Jorge Pinarello -el youtuber argentino del canal “Te lo resumo así nomás”- y el estreno a sala llena de «Mejunje», un documental de Javier Pernas.

Para enterarte de los proyectos premiados, los contenidos y demás actividades que hubo en el festival producido por El Camino Amarillo, seguilos en su cuenta de instagram.

Bio de la autora: Carla Peverelli es fotógrafa y gestora cultural de la Ciudad de Buenos Aires, actualmente es productora de Revista Colibrí y por siempre amante de la fotografía y las artes visuales.

ARTE PARA EL CAFÉ
es una sección de arte y cultura impulsada en 2023 y curada
por Carla Peverelli y Paula Colavitto.

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