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Tecito tibio, arte teatral sobre el empedrado de Almagro | Revista Colibri
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Tecito tibio, arte teatral sobre el empedrado de Almagro

Por Facundo Pirola

Almagro es tierra de duendes, brujas y aquelarres siempre sonando detrás de alguna puerta angosta de madera en recompensa a quien escala el pulido de las escaleras de mármol.
Las puertas se abren y el espíritu de La Salamanca reencarna para recordarnos que algunas cosas no se deben olvidar. Atravesar Almagro es volver al rito del fuego, de la fecundidad y de la cosecha. A ese estado puro de catarsis colectiva que brinda el arte.

Casas, en Almagro hay Casas, así con mayúsculas, y Cuevas. O mejor, Casas-Cuevas donde Baco nos usa de fermento para destilar cultura. Porque caminar Almagro es caminar por un barrio donde pululan los Centros Culturales, las Casas de Cultura y los Teatros. Almagro tiene la presencia de la contemporaneidad en lucha. “La Gloria espacio teatral” es uno de esos
espacios que permiten la libertad artística.  Es uno de esos centros donde el teatro y su alquimia encontraron chispa y caldero. Gloria Cingolani y Natalia Casielles son nada menos que las directoras del proyecto que desde hace tres años fomenta, promueve, produce, difunde, divulga, estudia, investiga, favorece e incentiva la actividad teatral y artística en general. No es poco que estas dos mujeres se hayan juntado para trabajar y gestionar esta casona de casi cien años. Entre las dos suman experiencia, calidad y toda una vida dedicada al arte teatral tanto como directora, dramaturga o actriz.

El espacio resuma pasión por la actividad. Autogestivas e independientes, volvieron la palabra organización yética. “Somos una Asociación sin fines de Lucro” se recalca junto a la afiliación a ARTEI, Asociación Argentina del Teatro Independiente. Amén y gracias hermanas, porque la cultura no se negocia.

Caminando por Yatay una noche fría en el barrio. Desapercibida a primera mirada, “La Gloria” parece una casa más. Pero una ventana en la Sala permite la muy poco común experiencia de poder espiar desde la calle. Mirada que se posa sobre la danza que precede al drama teatral. El rito primigenio de cinco personas que entran en sintonía antes de brindarnos un trabajo que lleva madurando tres temporadas. Hablamos de Tecito Tibio, todo contenido es frágil, una obra colectiva nacida del tránsito en conjunto de cuatro actrices estudiantes de
la UNA y que este año sumó la mirada de Patricio Ruiz, dramaturgo recibido de la EMAD.

 

La danza termina y la Sala abre sus fauces donde nos adentramos en la fiesta del monstruo. Baco nunca deja que olvidemos el poder del teatro. La puesta es sencilla. Las cajas de una reciente mudanza todavía no terminada repiten una sola leyenda difícil de ignorar: FRAGIL.

Todo contenido atraviesa el espacio escénico volviéndose centro e irrumpiendo en el primer plano. La metáfora es clara y la intención concisa. Lola es el único personaje de la obra pero ocupa cuatro cuerpos (o al revés si lo pensamos desde la lógica de la obra). Racconto y presente se mezclan en una vorágine que es tanto punto de vista como razón absoluta. A veces los recuerdos son borrosos y a veces fue imposible no olvidar; El conflicto se genera en el tránsito de la mente por el pasado destejiendo el hilo laberíntico regurgitado por los recuerdos que acechan dentro de cada caja.

 

Cada voz se expresa y revela un poco de esa visión tan fragmentada que son los recuerdos. La realidad choca con la ilusión diseñada por una mente que prefiere ocultar; pero el contenido es frágil, y los pedazos resuenan a medida que la cáscara se rompe y de a poco surge la nueva verdad. El elenco se mueve con precisión en un espacio diseñado desde lo simple. El khaos está perfectamente ordenado en un espacio que se balancea de manera constante. Es la dinámica actoral la que lleva el ritmo de la esquizofrenia. Intensidad, talento y una capacidad de juego casi infinita.

Las pibas no se cansan. El frenesí de los cuerpos exaltados hasta el paroxismo y luego la calma; Líneas rectas, coreografía, música y luces a puro video clip, y luego cuerpos que por momentos no se reconocen, ideas opuestas, personalidades que chocan; La risa y el humor hasta caer en la oscuridad de una fantasía/verdad reprimida que seduce y deja con ganas de saber mucho más. Pero la respuesta se esquiva cuando las mentes recobran la cordura. Lola guarda secretos tan bien que parecería que ni ella lo sabe.

La obra analiza las nociones de amor, familia, femineidad y persona. Es la deconstrucción del yo puesta en juego y expuesta en carne viva. De a poco los dilemas se van esclareciendo a medida que Lola transita su propio diálogo interno y se re descubre en su nueva metamorfosis. Momento en el cual la obra termina agasajando al ojo con un recurso tan cinematográfico como poético, y que para permitir la sorpresa no revelaremos)

Lola cambia de casa, cambia de piel. La trama es simple: El conflicto del existir es tan básico como bello y real.

Tecito Tibio, todo contenido es frágil
Sábados 23:00hs, La gloria, Espacio teatral, Yatay 890

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