354 despidos. Una cifra contundente. Un número que sale de la frialdad de las estadísticas cuando comienzan a conocerse las historias en primera persona de quienes fueron despedidos de la Agencia de Noticias TELAM. 20 años de experiencia, 10 años, 5 años, o toda una vida. Si hay algo que caracteriza al gobierno de Cambiemos es la intransigencia ciega a ver un puesto laboral como un gasto o un espacio digno de borrar con tal de hacer cerrar los números. Dígitos que son tan caprichosos con injustos. Tan fríos como un sistema que desecha a las personas como si fueran cosas, mientras humaniza las cosas como si fueran personas.
Los telegramas de despido fueron llegando durante el último partido de la selección argentina. Un condimento que refuerza con claridad el incesante trabajo gubernamental para atacar los derechos laborales. Todo sin un mínimo respiro y con la provocación a mano. “Ganó el periodismo”, dijo el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, mientras les trabajadores periodistas comunicaban a sus familias las noticias en carne propia.
En la marcha posterior hacia el CCK, en un intento de reclamo por los puestos laborales, afloraron las fuerzas represivas. Unos 300 gendarmes con carros hidrantes para desmovilizar la protesta. Casi uno por despido.
A sangre fría. Con la excusa inepta de la modernización, el Gobierno saca a relucir los eufemismos. Donde dice renovación de TELAM, oculta decir: 354 familias se quedan sin trabajo. Se excusan con partidismos del gobierno anterior, pero echan a trabajadores con más de dos décadas de antigüedad, a otres contratados por la misma gestión. La página pública de la agencia de noticias dice al consultarla: “Por medidas gremiales, el servicio se encuentra parcialmente limitado”.
Desde Revista Colibrí nos manifestamos a favor del trabajo periodístico, en contra de la deshumanización de les trabajadores y en reclamo de la reincorporación inmediata de les recortades de Télam.
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