Loader
Violencia en el Consejo Nacional de Mujeres | Revista Colibri
1481
post-template-default,single,single-post,postid-1481,single-format-standard,bridge-core-1.0.5,ajax_fade,page_not_loaded,,qode-title-hidden,qode_grid_1300,qode-theme-ver-18.1,qode-theme-bridge,disabled_footer_top,disabled_footer_bottom,qode_header_in_grid,wpb-js-composer js-comp-ver-6.0.2,vc_responsive

Violencia en el Consejo Nacional de Mujeres

Por Colibrí Revista

Karina Abregú, sobreviviente de femicidio, fue agredida por la policía cuando fue a reclamar al organismo por irregularidades en el subsidio de alimentos que se le había otorgado el jueves pasado. Acompañada por varias mujeres, permanece desde ayer en el noveno piso del edificio ubicado en la Av. Entre Rios 181, a la espera de respuestas.

Su ex pareja, Gustavo Albornoz, fue finalmente condenado a 11 años de prisión en 2016, después de 15 denuncias policiales y de haber quemado más del 50% del cuerpo de Karina. Su caso fue el primero con sentencia por tentativa de femicidio agravado en la Provincia de Buenos Aires.

Tenes dos hijos y trabajo. Pareja, hace 14 años, también. El problema es que el tipo es alcóholico, tiene relación con las drogas, es violento y trabaja con vos. Lo denuncias muchas veces, pero nada cambia ni nadie hace nada. Y lo queres dejar, pero no podes. Te dice que te vas a quedar en la calle. Necesitas subsistir, venis de una relación violenta y no sabes que hacer. Tenes esperanzas de que cambie.
Un primero de enero de 2014, todo explota. Tu pareja te caga a piñas, de hecho, te re-caga a piñas y como eso no le basta, te prende fuego. En el pánico del sufrimiento, te tiras a la pileta. Y eso te salva la vida. Vos te salvas la vida.
Tu asesino te sube al auto y te lleva al hospital. Cuando llegan, dice en la guardia que vos te autoprovocaste las heridas y los médicos le creen. La misma mentira se la cuenta a tu familia, pero ellos sí se dan cuenta y hacen otra denuncia. La primera carátula en la comisaría es “averiguación de ilícito”.
Mientras vos te operás, vas de una internación a otra para recuperarte y sufrís la violencia institucional del proceso legal, el tipo sigue libre. No sólo sigue libre, sino que te amenaza a vos y a tu familia, te dice que va a terminar lo que empezó. Lo único que te separa de la muerte es un papel que dice «orden de restricción».
Te echan del trabajo. La plata no te alcanza, no hay comida ni sustento para tus hijos. En tres años, el Estado no te ayuda. Ni con la comida, ni con los remedios, ni con nada. Tenes 41 años cuando, de tanto pedir changas, decidís acercarte hasta el Consejo Nacional de las Mujeres. El nombre te sugiere que te pueden ayudar. Parece que te equivocaste.
Tu hermana te banca y te acompaña. Después de hacer un corte en la calle, te reciben. Lográs firmar un acta por recibir un subsidio por única vez, un ingreso al programa Ellas hacen y los 12 medicamentos que tenes que tomar. Estas viva y feliz.

Unos días después, te entregan unas tarjetas canjeables por alimentos. Tu hijo va al supermercado a cambiarlas, pero en el lugar le dicen que son truchas, para colmo, lo acusan de estafador y lo demoran tres horas. Vas a cambiar los remedios y tampoco te los dan. Y el subsidio, que iba a demorar 15 días, ahora dice demorar 45.
Así que volves al Consejo Nacional de las Mujeres a pedir consejo otra vez. Te piden que esperes veinte minutos que se hacen dos horas cuando te cansas y queres subir al organismo. Queres que te expliquen, tenes hambre y tus hijos también, y no entendes porque te dieron tarjetas truchas. Alguien después de dice que no eran truchas, que tenían un error.
Cuando intentas ingresar, una mujer no te lo permite. Sí, una mujer. Vestida de policía, representante del Estado, te clava el codo en el cuello para no dejarte pasar. Es quizás este último acto, simbólico en sí mismo, el que te obliga a no irte. A no retroceder. A seguir exigiendo una respuesta para tus hijos y para vos. Que te salvaste sola, tirándote a la pileta. Pero hoy necesitas ayuda y si el Estado no te la da, la vas a tomar.

No Comments

Post A Comment