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Teatralizar lo real - Entrevista a la Cooperativa ArteTrans | Revista Colibri
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Teatralizar lo real – Entrevista a la Cooperativa ArteTrans

Por Alana Rodríguez

La Cooperativa ArteTrans funciona desde el año 2010 como una respuesta política a la invisibilización y estigmatización de los distintos colectivos trans en nuestro país: es por eso que las compañeras, interpeladas por esta realidad patriarcal, resignifican sus distintas realidades y las subliman por medio del arte teatral (en principio).

Entrevista a Emma Serna

-¿Considerás a la Cooperativa como disidente?

-Creo que lo somos por el hecho de estar plantadas contra un universo de cosas que nos abruman: es muy difícil generar autoestima en las compañeras porque, en su gran mayoría, están atravesadas por una situación socioeconómica. Nosotras hacemos que las chicas sientan que es un espacio de pertenencia y que puedan producir lo suyo. Nosotras mismas generamos nuestra fuente de trabajo.

-¿Cómo fue el origen de la cooperativa?

-En el 2010 éramos un grupo de tres compañeras que hacíamos un taller de periodismo en el Rojas y queríamos hacer teatro; yo había terminado de estudiar diseño de interiores y había otras chicas que venían de hacer teatro en otras agrupaciones. Pero no había una obra que tocara la vivencia real de la mujer trans en aquel momento e  hicimos una obra, “Hotel Golondrina”, sobre la historia del Hotel Gondolín, que existe: la vida de la que hace muchos años vive ahí del trabajo sexual, la que ya se retiró, la que está en pleno trabajo y vive en el hotel y la que viene del interior con muchos sueños y anhelo de una vida super-idealizada y se encuentra con la realidad para pagarse una habitación. Dijimos “podríamos formar una productora que sea una cooperativa” porque veíamos que había otras agrupaciones que se institucionalizaban. Fue el año en el que salió el Matrimonio Igualitario, una veía como que desde arriba había como un apoyo a todo este tipo de causas. Al cabo de un año y medio tuvimos nuestra personería jurídica.

-¿Cuáles son las actividades que están haciendo actualmente?

-Hasta ahora dos talleres gratuitos de formación teatral: uno en el Centro Cultural Conti, ex ESMA, y otro es en el Centro Cultural Alfonsina Storni, los dos en CABA. Tenemos otro que empezará en mayo en nuestra sede en Avellaneda y estaríamos comenzando con nuestro segundo ciclo en nuestro canal de Youtube El mundo según ellas. Lo que venimos realizando es toda una temporada de verano acá en Buenos Aires con la obra teatral La Irredenta, a partir de semana santa. Volvemos con Made in Lanús pero esta vez de gira por la Provincia de Buenos Aire. A futuro tenemos planeadas capacitaciones en distintos partidos del conurbano con la Universidad de Buenos Aires: talleres de formación, diversidad sexual y disidencias.

 

 

-Es muy bueno que lo aborden desde el arte…

-Es lo que queríamos. A mi siempre me gustó la actuación y, como a mi, le pasaba a otras, pero ¿Dónde encontrabas un casting o algo? Por ahí ahora capaz sí, pero todavía en el 2010 era como que no. Y si te llamaban era para específicamente hacer el papel de una chica trans y si no, contrataban a un transformista que fuera súper conocido del under. En Hotel Golondrina una le puso mucho de la vida real y de la experiencia verdadera y sobre todo lo que se vive. Cosas reales, que por ahí hoy la mayoría de la gente ya sabe pero en aquel momento no, o creía que con el matrimonio igualitario «ya somos un país amplio, abierto, democrático, que respeta las diversidades». Todavía ni teníamos la ley de identidad, ni un cupo laboral trans, ni una inserción al trabajo. Entonces era mostrar que cuatro actrices trans se juntaron e hicieron una obra de teatro, que no tenía nada que ver con un show en un boliche. Que no digo que esté mal pero de a poco se ve un poquito más de productoras o de producciones que tocan el tema.

-¿Crees que en los últimos años aumentó la visibilidad de las problemáticas trans?

-Creo que mejoró porque hay muchas personas que conocen lo que nos pasa; lo malo es que al mismo tiempo se replica siempre lo mismo: chicas de constitución, de la zona roja, que no pueden hacer otra cosa. Nos ponen a nosotras como si fuéramos una mojarrita fuera del agua, a saltar ahí a que contemos el relato doloroso. Que conozcan mucho de lo que nos pasa realmente lo aplaudo, pero también estaría bueno que se empiece a dar posibilidad de que puedan trabajar en distintos ámbitos. No se nos muestra en una persona lgtb docente, un varón trans atendiendo en una oficina de correo, una mujer trans abogada o lo que sea. Hacen falta políticas de inclusión, es el Estado el que nos tiene que dar una oportunidad.

-¿Crees entonces que es eso lo que faltaría visibilizar?

-Sí, en otros aspectos que no tienen que ver sólo con lo laboral: esta también lo sentimental. Yo escucho a muchas amas de casa decirlo: “Lizy Tagliani me hace reir…” pero ahora si tu hijo viene a tu casa y te presenta a Lizy no sé si te ponés tan contenta. Ese doble relato que tiene la gente, que está todo bien con que estén en la tele y trabajen pero que no se meta con el sentimiento de mi hijo.  Parece que tampoco tenés acceso a relaciones sentimentales. Una vez nos hicieron una entrevista desde Telefe Noticias y en el noticiero pusieron en un cartelito “Contenido no apto para niños y adolescentes”. Y estábamos hablando de una organización. ¿Cuál es el contenido no apto? ¿Que somos chicas trans? No hay sensibilidad hacia la otra persona; estamos en una sociedad muy individualista, patriarcal pero también individualista.

-¿Como fue la participación de la Coope en Reina de Corazones

-Fue con un director que en aquel momento daba clases en la cooperativa. Él dijo que estaría bueno una película documental donde cada una refleja sus historias personales y sus vivencias. Entonces se hizo: la compañera que vive en el norte -o en mi caso, que vengo del interior-, la que ya cruzó la barrera de los cincuenta y vive acá en Buenos Aires pero relata cuáles eran las situaciones que vivió cuando era trans en los 90, la que está tratando de buscar trabajo. Después hay una historia muy particular de una chica trans que se va a vivir al exterior y le deja la casa a otra de las compañeras. Cómo es el trabajo sexual, cómo se arregla, las cosas que suceden. De eso se trata la película, con humor muchas veces pero con mucho de realidad. Yo me acuerdo que la primera vez que la vi dije “bueno hemos sobrevivido a muchas cosas”

-La unión hace a la fuerza, ¿no?

-Si, el tener un vínculo y querernos. Porque creo que también lo que nos pasa hoy es que como sociedad tenemos que tratar de querernos un poco más, hasta en las diferencias. Pero de querernos porque somos de un mismo género y la estamos peleando igual.

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