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Crisis en las escuelas porteñas, la “prioridad” del Gobierno | Revista Colibri
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Crisis en las escuelas porteñas, la “prioridad” del Gobierno

Por Agustina Verdi


La vuelta a clases de 2022 en la Ciudad de Buenos Aires inició sin grandes protocolos ni adecuaciones especiales, como hubo el año anterior. Lo que sí sucedió fue el adelantamiento del ciclo lectivo, definido por el Jefe de gobierno, Horacio Rodriguez Larreta, para darle “prioridad a la educación”. En lo que la comunidad docente definió como “marketing político”, la prioridad no se condice con un contexto donde los problemas edilicios de las escuelas, las incompetencias del sistema registral que asigna vacantes y el pasaje de estudiantes de escuela privada a pública, llevan a la
falta de 52 mil vacantes para niñes y adolescentes de la Ciudad.

La “prioridad en la educación” es el eslogan con el cuál el Gobierno de la Ciudad presiona a la comunidad docente. Primero fue la presencialidad en las escuelas en plena pandemia con pico de casos de contagio, que se cargó con la vida de más de 30 docentes por COVID-19. Se organizaron para poner límites e hicieron 30 días de paro durante la pandemia. Esta situación, sumada a las condiciones virtuales donde se tuvieron que reinventar los métodos de enseñanza, llevó al agotamiento de les educadores.

2021 cerró con docentes agotades, por lo cual el ciclo lectivo 2022 los encuentra sin haber podido descansar, ya que hubo un acortamiento de vacaciones docentes. El 21 de febrero iniciaron las clases a costa de la exposición de su salud, más de 50% no contaba con el esquema de vacunación completo. No pudieron darse la tercera dosis de refuerzo ya que se contagiaron de COVID en la creciente ola del verano. Muches tuvieron el virus en el período de descanso y, lejos de poder recuperar las vacaciones, el Ministerio de Educación de la Ciudad, estableció el no reconocimiento de los siete días de licencia por enfermedad para quienes padecieron COVID-19, ni tampoco la interrupción del período de licencia ordinaria por vacaciones, como se establece en el artículo 69 del Estatuto Docente.

Otra situación que se dió y desarma la supuesta prioridad escolar que busca instalar el Jefe de la Ciudad en los medios, es el rol de asistencia técnica que le tocó asumir a docentes y escuelas en el momento de la inscripción online. El sistema de asignación de vacantes virtual requiere que las familias cuenten con computadora, conexión de red, wifi, conocimiento informático para la carga de datos y archivos que requiere el formulario. El gobierno de la ciudad no ofrece capacitaciones y acompañamiento para la carga, por eso, los docentes ayudaron a realizarla.

La buena voluntad docente no alcanza para dictar clases cuando las instituciones sufren completo abandono. Durante la pandemia no se aprovechó la ausencia de estudiantes para hacer obras y mejoras edilicias, eso hace que actualmente en colegios como el Nº 1 D.E. 3 Bernardino Rivadavia (San juan 1545) funcionen solo 8 aulas,  fragmentando a los estudiantes en rangos horarios distintos para poder cursar. 

Los problemas edilicios están acompañados de la sobrepoblación de aulas. Durante la pandemia, la virtualidad permitió sostener grupos numerosos que ahora se amontonan en los cursos, afectando directamente la calidad educativa. “Con 35, 40 estudiantes por curso es imposible hacer una acompañamiento pedagógico y un proceso de aprendizaje serio”, dijo Marisabel Grau, en representación de Ademys, a Revista Colibrí.

El hacinamiento en las aulas es riesgoso también por el virus del COVID-19, ya no hay burbujas, ni obligatoriedad de barbijo y tampoco testeos en la puerta de la escuela. “Un caso de COVID sería muy difícil de manejar, todes son contacto estrecho”, lamentó Valentina Magelevsky, docente de primaria 15 D.E. 13.

Pero el nivel educativo que sin dudas quedó por fuera de la prioridad del Gobierno de la Ciudad, fue el inicial, sobretodo las primeras salas, que son las de lactario, uno y dos años. Pese a que la Constitución de la Ciudad indica que les niñes tienen derecho a la educación pública desde los 45 días, esto no se cumple. La importancia de la vacante en la escuela no sólo es para la educación de les niñes, sino también para cubrir necesidades básicas, como el plato de comida asegurado en el comedor del jardín. Las familias necesitan los alimentos que entrega el colegio ya que, actualmente, también hay problemas con la beca alimentaria que otorga el mismo ente.

Las 54 escuelas que dicen que hicieron desde el Gobierno no están construídas, tampoco llevan recursos para las cooperadoras, todo depende de la familia de los pibes, seguimos luchando por la construcción de escuelas”, dijo Lorena Castro, docente e integrante del colectivo “Vacantes para Todes”, a Revista Colibrí.

Los Centros de Primera Infancia (CPI) empiezan a ser una alternativa para les niñes sin vacante ante la falta de jardines, pero desde “Vacante para Todes” no acuerdan con enviarles a estos espacios como reemplazo de la escuela, según la docente Castro. 

Definidos como “instancia de cuidado precaria donde no se garantiza la educación” por Marisabel Grau de Ademys, los CPI dependen del Ministerio de Desarrollo Social, otorgan vacante a quienes cumplen con los requerimientos del Índice de Vulnerabilidad Social (IVS), son jornada completa y la principal función es brindar alimentos y espacio de contención a niñes con alto grado de vulnerabilidad social. A cargo del espacio no hay docentes ni educadores, solo operadores monotributistas que cargan con tareas de cuidado y con la responsabilidad individual de ofrecer o no espacios que le permitan a les niñes hacer una adaptación al sistema formal de educación.

“Hay CPI que funcionan como “depósito de pobres”, hay otros donde el equipo de conducción da una orientación pedagógica y nos enfocamos en el diseño curricular, pero la bajada de línea es que nosotres no somos educadores”, cuenta Julieta Mobrici, trabajadora de CPI “Conejo travieso” ubicado en Mataderos, a Revista Colibrí.

La lucha que se viene dando por las vacantes de educación inicial, también salpicó a formación primaria y secundaria. Al inicio del año, gran cantidad niñes y adolescentes sufrieron la desvinculación escolar, problemática del sistema educativo que se profundizó en la pandemia. A los problemas mencionados se sumó el traslado de estudiantes de instituciones privadas a instituciones públicas. Un relevamiento elaborado por la consultora INDECOM, afirma que, en 2022, creció casi un 20% la demanda en escuelas públicas y cayó un 40% en privadas

Aunque no existen datos oficiales, se estima que al menos 500.000 estudiantes del país no empezaron las clases en la educación obligatoria, lo que equivaldría a una niña o niño menos por aula y podría aumentar hasta a 3 adolescentes por clase en el nivel secundario, según la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia.

Actualmente hay un faltante de 52 mil vacantes, según la estimación que hicieron trabajadores del Ministerio de Educación con acceso a la información del sistema online a Tiempo Argentino. El número es estimativo porque la Legislatura Porteña no brinda informes con los números oficiales. Al disponer la inscripción escolar online, el gobierno porteño dificulta el acceso a esta información, los gremios no reciben datos oficiales sobre las vacantes.Si bien antes esa información era pública y transparente, hoy son un estimativo, un número que detrás tiene caras, historias de lucha, vivencias que reclaman y otras que se resignan. Todas cargan con un futuro educativo incierto.

 

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