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Enfermería, la histórica lucha por ser reconocida | Revista Colibri
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Enfermería, la histórica lucha por ser reconocida

Por Agustina Verdi

El 12 de Mayo es el Día internacional de la
Enfermería, un trabajo de cuidado indispensable para la salud y los equipos médicos que, como tantos otros trabajos de cuidado, son precarizados y feminizados.

Habiendo transcurrido la pandemia de la COVID-19 quedó en evidencia la importante labor que realizan las y los enfermeros en todo el sistema de salud: estuvieron en la primera línea de atención de guardias de hospitales, asistieron a pacientes sospechosos o confirmados de COVID-19, expusieron sus propias vidas. 

Podés ver el video “Trabajadores de la salud en primera línea de lucha” de Colibrí Revista

Hubo 203 enfermeros que murieron por coronavirus durante la pandemia en Argentina, de los cuales 36 eran trabajadores de CABA, 69 del Gran Buenos Aires y 95 del interior, según informó  la Asociación de Licenciados de Enfermería (ALE).

En noviembre de 2022 la Justicia ordenó al Gobierno de la Ciudad al mando de Horacio Rodríguez Larreta, reconocer enfermeras y enfermeros como Profesionales de la Salud para mejorar sus condiciones laborales y salariales.

Sin embargo, les trabajadores nucleados en ALE tuvieron que movilizar al centro de la ciudad porque el GCBA apeló la decisión de otorgarles este reconocimiento y luego emitió un dictamen que recomienda “no otorgar el reconocimiento”, volviendo atrás años de incansable lucha por la ampliación de derechos.

Actualmente están exigiendo mejoras salariales, porque la oferta del 10% de aumento de las últimas paritarias, parece un chiste en el contexto de crisis inflacionaria actual que deja sus salarios por debajo de la línea de pobreza.

Frente a tantas adversidades, las y los enfermeros sostienen mucho de su trabajo con “vocación”, como cuenta Solana Flores, enfermera de la región sanitaria N° 7 del Ministerio de Salud de la Provincia, a Revista Colibrí.

“Siempre es más el trabajo que haces que el que te pagan, por eso se requiere vocación de servicio y empatía para ser enfermera, sino es insostenible”, dice la enfermera.

La enfermería es una profesión autónoma y profesionalizada pero que todavía no se reconoce. Al haber surgido de forma”empírica” como ayudantes, colaboradoras y asistentes de médicos, quedó el estigma de que no hay formación profesional detrás, sin embargo actualmente hay licenciatura, incluso máster y doctorado en enfermería.

Es una labor feminizada ya que es un trabajo de cuidado pero los puestos más jerárquicos son ocupados por varones. Esta división por género se debe a un modelo social patriarcal que históricamente naturalizó la idea de que la enfermería debía ser ejercida por mujeres por su “entrega” al individuo, haciéndose cargo de tareas que eran extensión de sus labores hogareñas.

Solana Flores cuenta que actualmente está cambiando un poco el paradigma. Ahora comparte con más compañeros varones y cubren las mismas labores sin distinción de género.

“En enfermería se requiere fuerza, a veces altura y las contexturas físicas de los varones suman, está bueno tener cada vez más compañeros”, comenta a Revista Colibrí.

Si bien hay falta de reconocimiento laboral, la satisfacción que encuentra al ayudar a personas no la reemplaza por nada, porque cubre un rol no sólo técnico sino de contención emocional para las personas que van al Hospital, sobre todo quienes no tienen familia y se apoyan mucho en el equipo de enfermería. 

“Nadie viene al hospital porque quiere, sino porque tiene un dolor, eso lo tengo claro y puedo ayudar brindado el servicio, pero también haciendo de amiga, cuidadora, comunicadora y nexo intermediario con el médico”, explica la enfermera.  

Otro factor que rescata de su trabajo es el equipo, porque siempre la intervención es interdisciplinaria. Están en contacto permanente con médicos, psicólogos y otres profesionales para hacer nexo con el paciente. La mayoría de las veces son quienes explican diagnósticos y tratamientos con la mejor cara y la mayor paciencia posible.

Frente a tantas adversidades, Solana agradece que el sistema de salud pública local tiene condiciones, insumos y posibilidades de acceso que no son tan garantizados en otros países. Por eso, siente orgullo y le da un gran valor haber estudiado y dedicarse a la enfermería en la salud pública.

”Es una carrera hermosa, hay veces que le quitan el valor a nuestro trabajo pero en realidad trabajamos con personas que dependen pura y exclusivamente de nosotres, tenemos una gran responsabilidad”, concluye. 

En el día de las y los enfermeros es importante reconocer y agradecer su labor, que muchas veces silenciosa e invisible. Es la gran ayuda que permite a pacientes transitar enfermedades y dolencias de una forma más amigable.

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