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La justicia femicida | Revista Colibri
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La justicia femicida

El 8 de octubre de 2016 fue asesinada Lucía Pérez, de 16 años. Las características morbosas de su asesinato despertaron una masiva marcha de luto, que inundó las calles de la Ciudad de Buenos Aires y de Mar Del Plata de negro. Fue el detonante del primer paro de mujeres, el 19 de octubre y quienes asistieron al Ni Una Menos de luto pueden relatar, con la piel de gallina, que el clima de dolor cortaba el aire.

En aquel momento los medios masivos se llenaron de las características de su femicidio: que la drogaron y la violaron, que la empalaron, que murió del dolor. Pero sólo sirvieron para alimentar el morbo de quienes los consumieron. Porque, a dos años del hecho, se convoca a otra marcha en repudio al fallo que declara que el femicidio de Lucía no fue tal y exculpa a los acusados de los cargos de abuso y femicidio, además de excarcelar al encubridor.

“Ellos no la violaron, no la mataron, no le dieron nada. Y la muerte de mi hija qué, ¿es de regalo?”, se preguntó su madre, Marta Montero, al finalizar el juicio oral. Los jueces Aldo Carnevale, Facundo Gómez Urso y Pablo Viñas condenaron a los dos acusados de abuso y femicidio por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por ser en perjuicio de menores de edad y en inmediaciones de un establecimiento educativo”. La primera fiscal involucrada, María Isabel Sánchez, declaró en una conferencia de prensa que Lucía había sido drogada y violada hasta la muerte. Especificó que nunca había visto violencia semejante. Fue apartada del caso y actualmente está siendo investigada. Los padres de Lucía están de acuerdo con que se la investigue, y se manifiestan en contra de la primera declaración de la fiscal.

La misma (in)justicia que permite que a una mujer le toque el destino de Lucía es la que después exculpa a sus femicidas porque no hay pruebas o porque aquel día compraron cindor con facturas. A Lucía, entonces, como dice la consigna de Ni Una Menos, la mataron dos veces. La primera, tres hombres mayores de edad, Matías Farías (25), Juan Pablo Offidani (43) y Alejandro Maciel (61). La segunda, a un día del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la entera justicia patriarcal y específicamente el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Mar Del Plata, que dictaminó que nadie es culpable por el femicidio, y condenó a los femicidas por el delito de venta de drogas.

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