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Manifiesto #8M | Revista Colibri
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Manifiesto #8M

¿Por qué luchamos en Revista Colibrí?

El feminismo es para nosotres: mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales y disidencias, un frente de sororidad. Tenernos, hermanarnos, ocupar los medios y ser un abrazo a las voces desplazadas es forjar la fuerza necesaria para transitar este camino de lucha.

Nunca antes fuimos tan conscientes de la capacidad y la potencia de esta manada. Esta revolución es una transformación urgente de vida, que atiende las problemáticas que nos involucran, nos duelen, nos violan y nos ultrajan, como también celebra nuestras conquistas en una unidad que las multiplica y las fortalece.

Foto: Alana Rodriguez

Este momento histórico es construido con los pasos de cada día, con cada asamblea, con cada pregunta que se hace desde adentro, individualmente, y desde afuera, colectivamente. Nos edificamos como activistas de la subversión y el empoderamiento del género.

Y cuando hablamos de género, no nos referimos a –únicamente- las mujeres e identidades disidentes, sino que hacemos referencia a un sistema de relaciones de poder que involucra a todas las personas. Nos rearmamos desde los huesos en la tierra, desde la memoria de las compañeras y compañeres que nos arrancaron.

Como seres históricos hechos de vivencias, de caminos recorridos, pluriculturales y de sabiduría ancestral, nos despertamos en cuerpos deseantes, disidentes y en búsqueda de la libertad. En lucha por una sociedad libre de binarismos y los engranajes del (cis)tema patriarcal.

Soñamos con un mundo más justo, que respire feminismo, donde no haya opresión ni desplazamientos, un sistema donde no nos asesinen por pobres y donde podamos ejercer nuestro derecho a ser negras, gordas, indígenas, lesbianas, bisexuales, travas, trans, cholas, putas y villeras.

Un mundo donde la sororidad resignifique nuestras heridas, sin barreras de clase, de origen o de género. Por lo tanto, en este manifiesto, nos declaramos en revolución contra las normas impuestas, que pretenden enseñarnos a naturalizar violencias e imposiciones socioculturales.

Nos declaramos en construcción del mundo que queremos, ignorando condicionamientos y negaciones. Decimos basta, ocupamos nuestro lugar, exigimos un mundo sin femicidios ni travesticidios, un mundo sin trata, sin golpes ni discriminación.

El mundo que queremos, en el que podamos amar en todos los colores, donde podamos construir comunidades emancipadas e identidades libres, lo necesitamos ahora. Por eso, lo transformamos desde la comunicación, para acercarnos cada día un poco más, al mundo en el que viviremos mañana.

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