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¿Por qué ir al #ENM2019 en La Plata? | Revista Colibri
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¿Por qué ir al #ENM2019 en La Plata?

¿Qué es el feminismo? ¿Una teorización liberal sobre la abstracta igualdad de las mujeres y los hombres o la búsqueda concreta emprendida por las mujeres para el bienestar de las mujeres y en diálogo entre sí para destejer los símbolos y prácticas sociales que las ubican en un lugar secundario, con menos derechos y una valoración menor que los hombres? Si la palabra feminismo traduce la segunda idea, entonces hay tantos feminismos cuantas formas de construcción política de mujeres existe.

Feminismo desde Abya Yala – Francesca Gargallo

Este año se celebra el Encuentro Nacional de Mujeres más masivo de la historia. Con sede en la capital de la Provincia de Buenos Aires, se esperan más de 120.000 mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans y no binaries para inundar las calles de lucha popular, cuerpes, arte, sororidad y disidencia. En un año donde el debate del nombre, en el marco de un feminismo que ha tomado el lenguaje, se volverá protagonista de la mayoría de aquellos íntimos encuentros que hacen masivo al Encuentro, nos proponemos llevar la discusión a una perspectiva latinoamericana y preguntarnos por qué acompañar este suceso político. Las compañeras de Revista Colibrí diremos presente en un momento de profundización política y crecimiento -colectivo, siempre- del medio. Aquí los motivos:

1-La coyuntura obliga

En lo que va del 2019 hubo 250 femicidios. Cada 26 horas un hombre mató a una mujer en septiembre, grita el Observatorio Ahora Que Si Nos Ven. La ONG Niñas No Madres denuncia que, cada tres horas, una niña es madre en Argentina. Mientras que el Presidente Mauricio Macri anuncia programas burlones contra la violencia de género en sus redes, nos siguen matando. La aguda crisis económica hace que ser mujer sea aún más peligroso, debido a que la dependencia económica y la problemática habitacional y financiera limitan y encierran en un círculo de violencia.

#8M. Foto: Rocío Brunero.

¿Qué significa la feminización de la pobreza? En Argentina, 7 de cada 10 personas con los más bajos ingresos son mujeres y 7 de cada 10 personas con los más altos son varones, afirma el Observatorio de la Undav. El cis-tema necesita a las mujeres pobres, sin recursos -o blancas y ricas triunfando, como si fuese posible la «igualdad» en un mundo de explotación- reproduciendo el capitalismo en las tareas de cuidado invisibles. Víctimas de condiciones materiales que obligan al cuerpo a resistir la violencia.

Nos quieren sin tierra, como reveló un estudio de la Oxfam, que descubre que las mujeres poseen menos tierra que los hombres en Latinoamérica, desde un 8% en Guatemala –el menor de América Latina─, hasta un 30% en Perú, tratándose siempre de fincas de menor tamaño. ¿Por qué es esto tan importante? Además de la soberanía de los pueblos, esto tiene una implicación directa en la salud: según datos de Unicef, en los países donde las mujeres no tienen el derecho de acceso a la tierra, la desnutrición infantil es un 60% mayor. La Pachamama es mujer y las mujeres campesinas son la prueba de ello.

Dijimos #NiUnaMenos y no nos escucharon. El presupuesto del Instituto Nacional de las Mujeres de 2019 fue de $11 por mujer en todo el territorio. En el último informe de la línea 144 de asistencia a víctimas de violencia de género, se registraron 11.892 llamadas por asesoramiento, contención e información. Esto significa casi 400 llamadas por día. Todas estas estadísticas salieron a la luz a partir que el feminismo argentino alzó la voz en una sola movilización, desde que todas las organizaciones se unieron en un mismo reclamo. Ahí fue cuando empezaron  a vernos. El genocidio mundial a las mujeres nos obliga a hermanarnos con todos los frentes feministas anticapitalistas para que paren de matarnos.

2-Unidad feminista como máxima consigna

Si hay algo que caracteriza a la izquierda y pensando a este sector político como quienes miran al mundo desde abajo, desde les explotades, les oprimides, les precarizades, les invisibles y no desde arriba, donde los poderosos, es que presta(mos) mucha atención al significado de cada uno de los posicionamientos ideológicos de las personas y las organizaciones. Ponemos la lupa, en donde ponen los acentos quienes dicen representarnos: ¿cómo escriben socialismo? ¿Feminismo? ¿Y mujeres?

#8M. Foto: Carla Capuano.

El pensamiento crítico es el corazón de nuestra revolución y por eso no debemos dejar de cuestionar nuestras ideas ni las de otres. Ahora, es la responsabilidad de esta ola feminista superar las limitaciones de nuestra corriente política. Aquí, al sur de Latinoamerica, podemos mostrarle a les compañeres del mundo que no nos dividimos ni fragmentamos, que los feminismos son ramas de un mismo árbol, que la fuerza de nuestro puño en alto está multiplicado por miles, por millones de miles de puños, que la unidad feminista contra el patriarcado y el capital es nuestra máxima consigna.

¿Querés saber más sobre la historia del Encuentro Nacional de Mujeres?

En la lucha por el aborto legal, lo logramos. Fuimos un millón. Fuimos dos millones. El mundo miró emocionado nuestra movilización en vivo, mientras nosotras bailamos abajo de la lluvia, conocimos a compañeras nuevas y hasta nos permitimos emocionarnos con las palabras de personajes políticos opositores. Aunque perdimos, ganamos en redes y en visibilización. Sacamos al aborto del clóset en un logro colectivo.

A partir de aquellas jornadas verdes, Latinoamérica comenzó a mirar al feminismo en Argentina con una admiración más consolidada. «Yo creo que Argentina es el país donde el feminismo está en el punto más alto del mundo«, le dijo la profesora feminista Silvia Federici a las compañeras de la colectiva feminista La Revuelta de Neuquén. Por fuera del academicismo, en las calles latinas, la conversación feminista gira en torno a las redes de mujeres, a la garantía popular del aborto seguro y, también, a los Encuentros Nacionales de Mujeres.

El Encuentro es un momento para demostrar nuestra fuerza. Enmarcado en las elecciones, este momento político puede estar a la altura de la transformación que deseamos. Si no, el contraste con otras dimensiones políticas y sociales hará disolver la potencia de este grito. Especialmente, en comparación a los bloques partidistas en elecciones, que aprovechan la hora de las urnas para unirse y fortalecerse. La derecha sabe bien cómo olvidarse sus diferencias ideológicas, en pos del poder y del dinero. Y como el tablero electoral es burgués, todos los partidos hablan en lenguaje de derecha en octubre.

3-El rol del periodismo feminista

En Revista Colibrí y en muchos otros medios compañeres, las comunicadoras feministas trabajamos y militamos por un periodismo que aborde problemáticas sociales alternativas, que no aparezcan en los medios masivos, para insertarlos en la agenda (como fue el caso del aborto legal) o bien buscamos un eje alternativo a temas masivos (como el aborto en pibis trans). Para ello, nos reunimos, leemos, debatimos, buscamos historias, nos cuestionamos y deconstruímos día a día todo lo que se nos enseñó sobre nuestro oficio.

Ahora, ¿por qué tanto esfuerzo? El compromiso que atraviesa a les comunicadores con perspectiva de género es el de acercar lo más temprano posible ese momento en la historia donde las mujeres e identidades feminizadas tengan poder de decisión sobre sus cuerpos, la identidad de género sea un derecho consolidado, donde el libre acceso al aborto sea seguro y gratuito y muchas otras búsquedas que se pueden resumir en la lucha por un mundo donde no tengamos miedo a ser violades y morir por ser quienes queremos ser.

Desde este lugar, es nuestro deber el de estar, acompañar, impulsar y cubrir este Encuentro. Es el rol del periodismo también no limitarse a informar, sino contextualizar, buscarle sentidos a los hechos sociales. Encontrar las relaciones invisibles que tejen la realidad, relevar los nombres de les implicades y rehacer la historia de los retazos perdidos que los medios hegemónicos tiraron a la basura, es el rumbo que decidimos tomar en la misión del periodismo feminista.

Un paralelismo significativo de este 34º ENM en La Plata puede ser remitirnos al último que se desarrolló en la capital de la Provincia de Buenos Aires. Hace 18 años, en un 2001 de revolución social y levantamiento popular, la asamblea feminista masiva se vio atravesada por la agenda trabajadora. Así lo reconstruyeron las comunicadoras de la Campaña #SomosPlurinacional: «La característica central de ese Encuentro fue el despliegue de participación popular. Estuvieron por primera vez las piqueteras, las desocupadas y las cooperativistas y también muchas mujeres que lo hicieron organizadas desde sus lugares de trabajo”.

Encuentro Nacional de Mujeres en 2001 en La Plata. Foto: Gabriela Barcaglioni

4-Somos Plurinacional

Dicen que el Encuentro muta cada vez que se hace en Rosario. Y a dos años de copar el Monumento Nacional a la Bandera, el dicho se hizo realidad. La idea que estaba en gestación y que iba a comunicarse era que no todes entrabamos en la categoría mujer, tampoco en la nacionalidad argentina. En los talleres, comenzó a repetirse una y otra vez. Algunas organizaciones amplificaron la afirmación. En Trelew, el grito fue más alto y se materializó en las compañeras originarias que dieron un paso al frente. El debate pone a prueba la madurez del movimiento. Es que el feminismo también se deconstruye y descoloniza.

Argentina está constituida por 36 naciones originarias, según Moira Millán, luchadora de la Nación Mapuche. Este es uno de los cinco mil pueblos del mundo que no tiene Estado y suma unos 4 millones de mapuches entre Argentina y Chile. Hay que recordar, además, que este país se constituyó invadiendo el territorio de unas 40 naciones que convivían en el sur de Abya Yala (América en lengua originaria).

ENM de Trelew. Foto: Agostina Acevedo.

Los pueblos originarios son, desde aquel momento, una molestia para el Estado colonizador. Después de haberlos perseguido, torturado y desterrado, continúan siendo un estorbo para sus políticas extractivistas: estas comunidades son la principal resistencia a la explotación indiscriminada de los recursos naturales por parte de capitales estadounidenses o chinos, según el color del partido político.

Elles son nuestres aliades ecofeministas, la única alternativa a la destrucción del planeta. Son la única propuesta de nación que no es genocida, porque todos los Estado-Nación son extractivistas. Los feminismos deben estar del lado de la madre tierra, de este lado del mundo y tomar las experiencias del otro lado, como el de las compañeras de Kurdistan. En la línea de reivindicar y amplificar los recursos de otros sectores de nuestra línea política anticapitalista, la revolución feminista puede forjar su revolución en una de las bases de la filosofía originaria: el buen vivir.

El Buen vivir es un concepto que se toma en diversos pueblos para constituir la vida en sociedad. En quechua, Sumak kawsay y en guaraní, Suma qamaña significa, en términos generales, la vida en plenitud. Shiir waras, en Achuar, Kyme mogen, en mapuche, agregan que esta plenitud es bajo principios de armonía y equilibro con la Pacha Mama. Para el pueblo Mochica, es entendido como el florecimiento de las chacras, estado de gozo.

Esta es la búsqueda de la que podemos nutrirnos como feminismo y así profundizar nuestro reclamo como movimiento. Incluir, escuchar e incorporar en nombre y espacio al feminismo comunitario y a las compañeras originarias, es un paso más hacia la descolonización, en la línea de una filosofía de la reparación. Como lo es también fortalecer nuestra unidad feminista, de sanar en colectiva heridas coloniales, patriarcales y racistas.

#8M Foto: Rocío Brunero.

En todas las prácticas que surjan en este encuentro, el vicio debe ser entonces recrear las matrices políticas que nos sirvan para darle profundidad y masividad -en ese orden- a nuestra lucha. Potenciar la compulsión (con-pulsión) de ser el -ismo que amplifique todo lo bueno de otros movimientos en perspectiva de clase, raza y género. Ser mejores compañeras que quienes nos han inspirado a serlo. Tomar conciencia de que el feminismo es la resistencia global con más peso, número y organización de la historia. Quizás la única, por ser anterior, que tenga la potencia de derrocar al capitalismo.

Por Nicole Martin  TW @nicolemartin_27

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