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Antifeminismo: la agenda de las nuevas derechas en redes

Por Mariana Fernández Camacho

“A los malos hay que eliminarlos, como sea. Hay que destruirlos”; “Para las feministas la masculinidad oprime, por eso quieren eliminar los colores, incentivar a que los niños usen falditas y las niñas pantalones”, “Pero qué cabeza vacía tienen esas minas, brutas a más no poder, adoctrinadas, no piensan dos segundos las burradas que dicen”; “Ustedes son una Santa Inquisición, de hecho, berreta. Y lo mejor es que no se dan cuenta (…) A todo disidente le arman una causa por los machismos de género inventados”. 

Estos son algunos de los discursos que circulan por Youtube y TikTok, dos de las redes sociales más populares y con mayor audiencia joven a nivel global elegidas por influencers y referentes de las nuevas derechas para diseminar, especialmente, sus mensajes antifeministas. Así lo señaló la investigación “Nuevas derechas y propaganda: ¿Qué dicen de los feminismos en Youtube y TikTok?”, realizada por la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad con apoyo de la Fundación Heinrich Boll, que analizó 24 cuentas y 66 videos de ambas plataformas entre los meses de enero y mayo de este año.

“Estas nuevas derechas están insertándose en el debate con violencia, con agresión, como una estrategia pensada y sostenida de desarticulación de la o del oponente”, explicó Sandra Chaher, presidenta de Comunicación para la Igualdad. Y agregó: “En general justifican esa violencia. No hay para nada un pudor o un retractamiento. Hasta ahora la violencia había sido criticada y descalificada por la sociedad en el contexto de las democracias. Pero no solamente las violencias extremas sino también violencias en el plano discursivo. Estos sectores, sin embargo, vienen a discutir esa idea de condena social”. 

Para recabar información, el estudio se basó en la minería de datos de cuentas de Youtube y TikTok de Argentina, Chile, Ecuador, República Dominicana, Paraguay, Colombia y Uruguay; y en el análisis cuali-cuantitativo de videos de las dos redes. Si bien ninguna de las cuentas analizadas está entre las 100 con más seguidores y seguidoras de sus países, concentran una gran cantidad de fans y los referentes argentinos Javier Milei y Agustín Laje trascienden las fronteras y tienen proyección regional.

Entre los resultados se destaca que en el 78% de los videos fueron detectadas estigmatizaciones y expresiones discriminatorias hacia el feminismo; en el 37% de los casos, insultos y descalificaciones; y en el 4%, amenazas de violencia y agresiones directas.

Chaher pone el foco en estos números: “Podemos entender que la agenda que proponen estos sectores discute el avance de derechos; no solamente en el campo del feminismo sino además en otros campos. Pero la pregunta es por qué para oponerse a esos valores y propuestas con las que no coinciden tienen que agredir”.

Consultado para Revista Colibrí se posiciona Héctor Shalom, director del Centro Ana Frank Argentina para América Latina: “Creo que las redes sociales han sido secuestradas por los cultores de los discursos de odio. Esto es una estrategia de los grupos de ultraderecha, no solo en nuestro país, que hacen de la estigmatización, de la exacerbación de los estereotipos y de las denigraciones su manera de funcionar”. 

Shalom explica a qué se refiere con discursos de odio: “Son aquellos que convocan a la violencia, que la estimulan, orientados a culpabilizar de los males a ciertos sectores sociales. Por supuesto, están atravesados por una percepción de superioridad”. Esta idea de ´ser más´ tiene particulares características cuando atacan a los feminismos: “Tiene raíces en la percepción de superioridad sobre la mujer y, como tal, en la denigración de todo lo que tiene que ver con la ampliación de derechos y la igualdad de género”. 

Los discursos estigmatizantes y sexistas afectan la subjetividad de mujeres y colectivos de la diversidad. Pero a su vez generan impacto en el devenir democrático ya que estas personas se retiran del debate público por temor a la violencia y a las agresiones. 

Alejandra Valle, periodista feminista chilena y actual concejala por la comuna de Ñuñoa, comparte su historia: “Tenía una cuenta con más de 600 mil seguidores en Twitter. En una oportunidad di mi opinión sobre las policías y eso provocó una ola de comentarios que me mantuvo en trending topic 10 días. Fue tanta la violencia que decidí cerrar mi cuenta”. Valle prefirió perder seguidores para cuidar su salud mental: “La pasé tan ferozmente mal. No sé si como seres humanos entendemos lo complejo que es y lo dolorosas que son las palabras. Se siente como ser lapidada por la sociedad por algo que piensas, y no es justo”.

De batallas culturales y desafíos

Según la investigación, el mundo construído por las nuevas derechas es casi exclusivamente masculino: de 12 influencers de Youtube, solo 2 son mujeres (17%); y entre los 7 de TikTok hay una mujer (14%). Casi la mitad (48.5%) de quienes comentan estos videos son varones y hasta el universo referenciado por las cuentas analizadas es masculino: solo una influencer mujer es mencionada; y aparecen menos de un 20% de mujeres entre las referencias contemporáneas y ninguna entre las no contemporáneas.

Llama la atención que, aunque abordan diversos temas, en el 60% de los videos la agenda de género es central, ocupando la mitad o más del tiempo. Enfatizan en violencia de género (46%); feminismo e igualdad (42.5%); sexualidad, orientación sexual e identidad de género (34.5%); masculinidades y derechos reproductivos (23%). Los videos de TikTok que incluyen críticas al feminismo son de los más compartidos.

Chaher enmarca estas preferencias: “El feminismo encarna la más visible de las banderas progresistas, pero no somos el único sector. De hecho, estos sectores atacan a migrantes, a personas con discapacidad, racializadas. Es un rechazo a la ampliación de los derechos humanos y lo abordan como una ˋbatalla cultural´”. Según Chaher: “Vienen a dar una batalla cultural por los valores que ellos creen que se están perdiendo y para que la gente entienda que no se debe dejar avanzar a los grupos que piden ampliar derechos”.

Otro dato que resalta plantea que en el 53.5% de los videos estudiados se hallaron casos de propaganda, es decir información falsa o cierta presentada con un enfoque engañoso. 

El youtuber Emmanuel Danann, por ejemplo, insiste en viralizar confusiones y chicanas: “Es mentira que el género y el sexo biológico están completamente separados. Si eso fuera así, yo puedo ser un parripollo. (…) No tienen nada que ver la anatomía y la biología con lo que yo percibo”.

¿Por qué son propaganda sus dichos? Porque desde los feminismos no se dice lo que Danann afirma, sino que el género es una construcción cultural; con lo cual hay personas que pueden identificarse con sus características biológicas y personas que no. 

Basándose en la experiencia virtual del Centro de Ana Frank, Shalom cree importante dar espacio y reforzar maneras diferentes de vincularse en las redes sociales: “Los cultores de odio son provocadores. Por eso, no hay que caer en la trampa de responder a las provocaciones. Nosotros y nosotras tenemos que desplegar muchos más contenidos en las redes”. El contenido implica información, reflexión, opinión, mientras que el discurso de odio se concreta en frases cortas, contundentes, absolutas, agresivas y denigratorias. 

Para Shalom corremos el riesgo de creer y de naturalizar que las redes son lo que definieron quienes se las apropiaron, regalándoles así un ámbito de comunicación fundamental con enorme penetración social. “Hay un mundo interesado en vincularse en las redes de otra forma y tenemos que hacerles llegar esos otros estilos”.


Mini BIO: Licenciada en Ciencias de la Comunicación de la UBA y egresada del Programa de Actualización en Comunicación, Géneros y Sexualidades; de la misma Facultad de Sociales. Integra la Red de Periodistas por una Comunicación no sexista (Red PAR).

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