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Cronología de un “secuestro institucional” | Revista Colibri
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Cronología de un “secuestro institucional”

Por Micaela Petrarca

En 2023, un alemán pidió a la Justicia Argentina la restitución internacional de su hijo y de una niña por supuesta ‘retención ilegítima’ de la madre, Constanza Taricco

En julio de 2024, la Jueza Sandra Cun3o, falló a favor del señor y ordenó la inmediata restitución de «A» (6 años) y “M” (10 años). Para tomar esta decisión, la jueza y la justicia actuaron como fieles siervos a la obediencia patriarcal y adulto-centrista. Tomaron en cuenta dos aspectos: que Hars es el padre del niño y que es alemán. 

En contraposición, desestimaron que la documentación que presentó el señor es falsa. Que mintió sobre el lugar de residencia de les niñes –su centro de vida era Bolivia, no Alemania-; que Constanza cuenta con un documento firmado por Hars que permite el libre movimiento de ella con su hijo; que hay un ADN que corrobora que la niña que pretende restituir, no es su hija. Que la niña no quiere irse y que Constanza denuncia ser víctima de violencia de género. La jueza descalificó a la psicóloga Belén Saadeddin, profesional que atiende hace un año a la niña, y también pasó de largo los informes que registran el daño psicológico que le están causando. 

La lucha para que no se lleven a alemania a «A» y «M» se hizo conocida por el abrazo de su comunidad, tanto en la casa de les niñes como en la Fiscalía de Villa Dolores (Córdoba). Crédito de la foto: Carolina Martínez

Forzado con una mentira de por medio –y por lo tanto secuestrado institucionalmente-, «A» fue enviado en agosto a Alemania con su papá. No le permitieron saludar a su mamá, ni a su hermana, ni a sus amigos. Se lo llevaron engañado sin sus pertenencias. Lo arrancaron de sus raíces y se lo llevaron a un océano de distancia. 

Esa misma tarde, le negaron a “M” su identidad, su deseo y su palabra. Intentaron llevarla violando el Derecho Internacional de los Niños, Niñas y adolescentes que establece primar el deseo del niñe por sobre lo demás. Según contó su psicóloga y abogada, fue citada y maltratada institucionalmente en el CATEMU por profesionales y por la jueza Sandra Cun3o. 

Luego de estos hechos la abogada del caso Natalia Lescano y el abogado de extensa experiencia en juicios de lesa humanidad, Claudio Orosz, denunciaron penalmente a la Jueza Cun3o y a los profesionales que intervinieron en el CATEMU por las lesiones que le ocasionaron a “M”. “Con certificados debidamente acreditados de profesionales, tiene un estrés post traumático que le producen lesiones psíquicas. Como si fuera poco la menor ahora está bajo tratamiento médico porque ha tenido una neumonía por el estrés sufrido”, declaró Orosz a Revista Colibrí. Cuatro días después, la jueza Cun3o decidió ponerle fin al proceso de restitución de la niña al establecer que no tendrá que ir a vivir a Alemania.

Actualmente “M” atraviesa otro proceso: “Es otro expediente, tiene que ver con el ADN que indica que no es hija biológica de él, para que se le pueda reconocer esa identidad. Que deje de llevar su apellido, que se escuche su palabra de las vivencias que ha atravesado, el daño que toda la situación provocó y que pueda manifestar de una vez por todas lo que quiere y sienta, que, si bien ya lo ha hecho, siempre se han transversado a otro favor”, explica su psicóloga.  

Una lucha se ganó –a costa de mucho daño en la infancia-, pero aún falta «A». Una madre lo espera, una hermana. Sus amigues, sus vínculos, sus pertenencias. Son responsables Hars, el poder judicial y la jueza Sandra Cun3o del daño que le están generando. 

Se está trabajando por traerlo. Hay una acción de nulidad de la sentencia que dictó la jueza que ordena la restitución; y por otro lado hemos hecho una presentación para el comité de los derechos del niño. Cuando le den la palabra al estado argentino, vamos hacer una presentación de cómo se tratan a las niñeces en Argentina”, cuenta la abogada de la causa, Natalia Lescano.


¿Dónde están los derechos de les niñes?
 

De «A», que ha tenido un cambio de vida completamente abrupto, poco se sabe: “Desconocemos todo: a qué escuela va, si tiene acompañamiento psicológico, este señor no brinda ninguna información. La jueza tampoco garantiza que esta información llegue a la mamá. Nadie sabe nada de «A» en Alemania. Solamente sabemos que lo ven la mamá y la hermana veinte, treinta minutos por videollamada y que él niño jamás está solo, siempre está controlado por Hars”, relató Lescano. 

Lo que no deja lugar a duda, lamentablemente, es el daño que puede afectar a un niño que es arrancado de su cotidianidad, de sus vínculos seguros y de confianza, engañado y enviado a un país que no conoce siquiera el idioma. “La separación de un niño o una niña de su entorno siempre es traumatizante. El costo emocional puede ser alto y pueden experimentar una variedad de emociones negativas”, explica la psicóloga. 

La terapeuta de MT, además manifestó los daños que le han causado estos hechos a la niña, y particularmente la citación: “Luego de ese encuentro, M presentó signos y síntomas de estrés post traumático, y un gran daño psicológico. Tiene mucho miedo y afecta a la regulación de sus emociones, a la desconfianza ante terceros, porque lamentablemente en este proceso, con los que ha tenido que hablar, o la han mal interpretado, o no la han escuchado, o incluso la han retenido contra su voluntad”.  

Este caso pone en escena graves escenarios que siguen sucediendo en nuestra sociedad: infancias rotas, violación de derechos, patriarcado y colonialismo. 

 “Hay un interés público que está en juego. Tiene que ver cómo se lleva adelante el Convenio de la Haya, como se escucha o no a los niños, cómo actúan los operadores jurídicos a la hora de restituir un niño. Para cumplir el Convenio de la Haya se tienen que respetar de manera integral y simultánea los otros convenios y las otras obligaciones internacionales. No está por encima del interés superior del niño”, invita a reflexionar la abogada Natalia Lescano. 

Maltrato institucional y abuso de poder adultocentrista

En 1985, el psiquiatra estadounidense y pedófilo, Richard Gardner, publicó el “Síndrome de Alienación Parental (SAP)”, una teoría que establece, entre otras cosas, que cuando algún niñe manifiesta o describe una situación, no está diciendo la verdad, está siendo ‘alienado’ por la madre o el padre que instruyen a sus hijos con ciertos argumentos para que éste reproduzca. 

No quiero”, dijo reiteradas veces MT. Estos dichos debieron bastar desde un principio, y a pesar de que el SAP fue prohibido legalmente, la Jueza Sandra Cun3o interpretó esto como una alienación de la madre para desestimar a la niña. Y tratar de desprestigiar el rol materno. Hace un año que la niña hace tratamiento psicológico y durante todo ese tiempo sostiene lo que quiere, teme y sus necesidades. La jueza la escuchó una sola vez, y entre comillas, porque la escuchó con este filtro que todo lo que decía la niña lo interpretaba como manipulación materna. Atrás de esto, está la utilización ilegal de lo que es el SAP”, agrega Lescano. 

No sólo se desestimó a la niña, también se negaron los informes que presentó su psicóloga y que validaban el deseo de MT con la excusa de que eran ‘unilaterales’. “Ahí creo que se excede en sus funciones, ya que yo solo reflejo la escucha de la palabra de la niña”, explica la licenciada Saadeddin y agrega: “incluso manifiesta que no tengo criterio profesional para decir lo que allí digo, ignorando que como profesionales de la salud estamos formados y autorizados a receptar las inquietudes de los pacientes, avalados por la ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de los Niños Niñas y Adolescentes que establece el derecho a todo niño y niña a ser oídos en todos los ámbitos”. 

Ante este hecho, el Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba sacó un comunicado manifestando su repudio y preocupación por los dichos de la jueza, apoyando a Saadeddin como profesional colegiada. 

Hace falta perspectiva de género

¿Habrá pensado Hars en el daño psicológico que le está causando a su hijo y a una niña de 10 años? ¿Qué lógica puede explicar que el propósito de este accionar tan irregular y violento sea la revinculación con un hije? ¿Cómo puede explicarlo la justicia? Este caso solo es posible entenderlo desde una lógica de juicio y castigo a una madre, mujer y latinoamericana contra un padre, hombre y europeo. 

Las irregularidades del caso daban un guiño desde el comienzo de por dónde iba la mano.  Constanza –aunque fue ignorada- lo manifestó: hubo y hay violencia de género. Presentó denuncias, pruebas, testimonios que no le permitieron producir. Sin embargo, para la jueza si no hubo constancia de juicios anteriores, la violencia no está.  

“¿Quién le dijo a la jueza que tener perspectiva de género significa demostrar que judicialmente has hecho una denuncia? No, la perspectiva de género significa poder conocer la asimetría que hay -porque la cultura y la sociedad lo han establecido- entre varón y mujer; entre la pobreza y las posibilidades económicas, entre lo masculino y lo femenino, entre vivir en Europa y vivir en Sudamérica. Tanto es así, que ella misma ha hecho uso de esa asimetría para imponer condiciones a Constanza. Lo que ella no tiene es perspectiva de género, no importa si Constanza hizo o no denuncias antes”, manifiesta Natalia, la abogada.

Éste pedido de restitución no es más que un acto de violencia de género para Constanza que arrastra consigo lesiones psíquicas en dos niñes. “No hay duda de que debe haber producido un estrés postraumático esa pérdida tan brusca de contacto corporal y el afecto de su hermana y de su madre”, analiza el psiquiatra feminista Enrique Stola sobre la restitución de «A».

 “La otra cuestión es que va a parar a manos de un señor que siendo el progenitor no tuvo ningún tipo de cuidado hacia él para hacer este tipo de estrategia judicial. Porque muy bien este señor podría haber viajado a Argentina, pedido una revinculación, ver lo que hace aquí un tiempo, volver a su país, ir viajando y viéndolo al niño. Cuando se eligen estas estrategias judiciales estamos hablando de un pro al matratador”, agregó Stola.

¿Qué logró el padre con está restitución? Manifestar cómo el patriarcado posiciona el poder masculino para dañar. “Lo que el niño está soportando constantemente ahí es el discurso del progenitor, su poder, pero además es un poder que ha tenido el aval del poder judicial con lo cual el niño puede, en la medida en que tiene una información muy limitada llegar a conclusiones erróneas. 

Bajo las leyes del colonialismo

  • ¿Qué cree que hay detrás del accionar de la jueza? 

Natalia Lescano, abogada: Hay un desconocimiento del derecho. Y, por otro lado, hay una visión personal de ella que es un sesgo profesional, porque se lo dijo hasta personalmente a Constanza Tarrico, que ella estaría mejor en Alemania, que, porqué no se quiere ir con el señor, desconociendo que ha sido víctima de violencia y que lo sigue siendo con esta denuncia que hace el alemán mintiendo y con documentación falsa, es parte de la violencia psicológica, simbólica, física y emocional a la que la ha sometido todo el tiempo.
Esta jueza ha sido inducida de error por el alemán, pero además hay una convicción de ella, de que el señor por ser hombre y por ser alemán no puede ser un estafador procesal como lo es, y ella por ser mujer no le cree. Y encima, según su mirada, manipula a los niños. Tampoco le cree a los niños. O sea, ¿Qué hay detrás de todo esto? Hay una forma de mirar el mundo

Les niñez son el futuro de la sociedad

Trágicamente el caso pone en escena el desamparo que habita la infancia ante un poder estatal y judicial que no avala sus derechos y los deja desprotegidos y vulnerados ante situaciones de violencia y abusos que impactan directamente sobre su salud psíquica, emocional y física.

En la actualidad argentina, según un informe de UNICEF, un millón de niñes se van a dormir sin comer. El incumplimiento de un derecho tan básico como el acceso al alimento, habla de cómo están funcionando los derechos humanos en el país. En nombre de la libertad se les exige a infantes que aguanten el hambre.

La situación en general en Argentina en lo que respecta a derechos humanos es grave. Se hizo una sesión del Comité Internacional de los Derechos del Niño de la ONU en Ginebra y el estado argentino no envió a ningún funcionario a la sesión. NADIE”, relata la psicóloga Belén Saadeddin con indignación, y agrega: “Por suerte en este caso hubo un pueblo movilizado y en lucha, indignados por lo ocurrido, que movilizó, hizo que se viralice mucho el caso, que en ocasiones cuando la justicia legal falla, la justicia social ayuda y mucho”. 

Mini bio de la autoraMicaela Petrarca es comunicadora y viajera, aliada de la palabra y la curiosidad. 

Diseño de portada y redes: Flor Nicolini

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