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Endometriosis: el vínculo con el útero | Revista Colibri
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Endometriosis: el vínculo con el útero

Por Agustina Verdi

El 14 de marzo es el Día Mundial de la Endometriosis, una enfermedad crónica donde el tejido que forma el revestimiento del útero se desarrolla en otras zonas que habitualmente no debería estar. Afecta a muchas personas con útero y no tiene un origen definido.

Genera grandes dolores en las personas que la padecen, lleva a desmayos, mareos, imposibilidad de hacer cualquier actividad. Es muy invisibilizada, tiene en promedio entre 6 y 8 años de diagnóstico, porque no se piensa como primera opción frente a los síntomas, ya que siempre se asume que las mujeres y personas con útero exageran frente al dolor que manifiestan.  

La medicina occidental tiene como respuesta el consumo de pastillas anticonceptivas para regular el dolor, se tapa el síntoma pero no se trabaja sobre la patología y son la única respuesta que da la ciencia convencional. Muchas personas gestantes no quieren intervenir su cuerpo con pastillas eternamente, porque los efectos colaterales son grandes o porque deciden ser madres. ¿Cómo tomar esta decisión si la consecuencia es tener un grán dolor?

Maria Sol Guzman, alias Sol Amaneciendo, médica de la UBA especialista en Ginecología Holística cuenta que, en verdad, la propuesta de las pastillas anticonceptivas como una única solución es producto de una ciencia médica patriarcal y productivista basada en el estudio de varones hetero-cis blancos, que no profundiza sobre el estudio ginecológico y busca que las personas se reincorporen lo más rápido al trabajo.

En cambio, una ginecología holística contempla las particularidades de la persona que la padece, del vínculo con su cuerpo, su útero y su ciclo. Comprende al cuerpo como una maquinaria integrada, y por eso el tratamiento en primer término se encarga de desintoxicar el hígado para mejorar el filtro hepático que posibilita que luego se produzca mejor la eliminación de estrógenos y así evitar que en cada ciclo haya picos de estrógenos. En segundo término se llevan acciones para desinflamar el cuerpo porque algo común de está enfermedad es la inflamación.

En último término se trabaja sobre acompañar el dolor, porque muchas personas no quieren dejar los anticonceptivos por el recuerdo de graves situaciones donde el dolor es inhabilitante y no permite llevar adelante su vida, esto hace que se genere un fantasma muy grande y, en consecuencia, una dependencia a los anticonceptivos.

El abordaje de una ginecología holística es desde muchos ejes, como por ejemplo, desde la fitoterapia, con plantas que trabajan la sanación del útero, entre otros.

“El tratamiento está basado en la particularidad de cada ser, y cómo pueda responsabilizarse del proceso, no desde un lugar de castigo, sino de realmente entender que para salir del proceso de pastillas hay que hacer un cambio de estilo de vida, conectar con el útero, la pelvis, cada una tiene un proceso de acuerdo a su historia de vida”, contó Sol Amaneciendo a Revista Colibrí.

Trabajar de forma integral de acuerdo a la propia vida, también implica revisar la historia personal. El útero aloja mucha información muy potente sobre el linaje, sobre historias familiares, sobre lo que pasa cuando se habita el rol de ser mujer o persona con útero en una sociedad patriarcal. Sobre ser cíclicas y emocionalmente variables de acuerdo a los cambios hormonales y los cambios mensuales de un cuerpo menstruante.

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También se trata de revincularse con el propio útero, porque la endometriosis hace que las mujeres y personas gestantes lo rechacen, lo vean como centro de dolor, molestia y malestar. El útero es la razón por la cual no pueden ir a trabajar o hacer otras actividades, la razón por la cual se sienten mal cuando tienen relaciones sexuales, entre otras imposibilidades. Esta relación está rota y quebrada.

Por eso la ginecología holística trabaja para reconectar, y sanar ese vínculo, reconocer este órgano tan potente donde se aloja la vida, la generación de hormonas vinculadas a la creatividad y la potencia personal y poder abrazarlo.

Para esta y para muchas enfermedades, prestar atención al cuerpo es una manera de prevenirlas. Muchas veces van dando aviso pero no se oyen y sólo se atacan cuando hay algo que explota. 

 “No es que en ese momento no haya solución, pero es más complejo, lleva más tiempo y hay más que desandar, por eso hacer alguna actividad semanal que nos permita ir hacia adentro, salir de la vorágine externa, observarnos en la intimidad, nos permite conectar con nuestro cuerpo y reconocer alarmas”, sugiere la ginecóloga.

Cuando las mujeres y personas gestantes inician un tratamiento de ginecología holística para tratar la endometriosis sin pastillas anticonceptivas, reconectan con su cuerpo.

“Se empoderan al saber que no dependen de una hormona para poder estar bien, eso las hace sentir fuertes y conectadas. El ciclo empieza a funcionar y toda la magia que viene acompañada es una belleza, es muy hermoso desarmar ese miedo que hay alrededor de dejar las pastillas”, concluye la ginecóloga Sol Amaneciendo.

Llevar adelante tratamientos médicos que trabajen con el cuerpo y sus órganos de manera integral, que contemplen las particularidades, las historias y los procesos emocionales, es una manera de dar batalla a una ciencia médica normativizante que estudia los cuerpos como si fueran todos iguales.

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