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Fifi Real, tango queer y disidente | Revista Colibri
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Fifi Real, tango queer y disidente

Vivir poéticamente para extraer belleza de una sociedad violenta es el desafío de muches artistas LGBTTIQ+ que actualmente crean, performan, se draguean y construyen nuevos sentidos posibles con su existencia.
Fifí Real, parodia del lujo y la precarización actual, es una artista consagrada del tango queer. Nacida en 1987 en Misiones, se exilió a Buenos Aires en busca de expresar su disidencia y encontrar en la gran ciudad oportunidades que prometía haber para ella y las de su comunidad.

«Es un cuento chino que nos hacen creer a las del interior que en Buenos Aires está la salvación, pero es real que acá hay mayor conexión y tráfico de artistas”,
dice Fifi a Revista Colibrí.

Su búsqueda personal no se queda en hacer carrera artística, luego de 10 años de estar en escenarios de Buenos Aires, Latinoamérica y el Europa, encontró injusticias estructurales que le tocan vivir a la comunidad LGBTTIQ+ que las personas del cis-tema no tienen que atravezar.

Una forma de resistir es ampliar la visión que hay de les artistas diverses, por eso crea junto con otres Maricoteca, una repositorio virtual que reúne artistas, con el fin de visibilizarles y mostrarles en sus regiones. Sostienen que, aunque en Buenos Aires están la mayoría de las oportunidades, el arte y la cultura debe federalizarse y luego, puede trascender fronteras nacionales.

Fifi entiende a les artistas LGBTTIQ+ como productores de pensamiento porque están permanentemente explicando quiénes son, qué identidad tienen, porqué hacen lo que hacen, y miles de preguntas que de forma inquisitiva hace la sociedad y que les lleva a reflexionar sobre sí mismes y su práctica.

Pensar, crear y hacer obra les convierte en vanguardistas pero se enfrentan al problema de la precarización laboral. Actualmente con el Cupo Laboral Trans hay una iniciativa del Estado de incluir personas diversas a las agendas culturales.

Pero muchas veces los requisitos laborales y de pago son abusivos y se aprovechan de la necesidad de ocupar el lugar que tienen les artistas que, por formar parte de la maquinaria de producción del mercado artístico, costean con su cuerpo los gastos de pre-producción, de formación, de montaje del show, no solo con recursos económicos, sino también emocionales.

“Subis a un escenario lo das todo y después, ¿a donde bajás, con que contención, con que resto? Nada es gratis”,
explicó la artista queer a Revista Colibrí.

El recorrido que tiene que hacer alguien de la comunidad LGBTTIQ+ para llegar a un escenario siempre es más cuesta arriba, porque esa persona atravesó múltiples violencias: probablemente desarraigo del lugar de origen y falta de puertas que se abrieran para formarse profesionalmente.

Fifi demanda que esto se tenga en consideración al momento de exigir competencia profesional y artística, que no sean elles quienes siempre deban estar cediendo frente a un cis-tema, un Estado y un mercado heterosexual que exige cambiar la forma de hablar para participar de un subsidio o de un festival donde, además, se pretenden aptitudes académicas para aplicar que son excluyentes para su comunidad.

Uno de los grandes desafíos que encuentra la artista de tango es mantenerse en la vanguardia de la producción de pensamiento queer y disidente que haga crecer el circuito LGBTTIQ+, que llegue a otros públicos y logre abandonar el cis-tema que exige muchas explicaciones y a cambio ofrece propuestas de grandes precarizaciones. También le interesa derribar el mito de que en Buenos Aires sucede todo porque “hay muchos otros puntos de LATAM activando arte queer y en diálogo con Buenos Aires”.

Fifi aspira a un futuro donde haya políticas públicas que contemplen el desarrollo integral de artistas disidentes, donde no sean elles les que se adaptan todo el tiempo a métodos preexistentes, donde el cupo laboral del 1%  se amplíe para que muches más tengan la posibilidad de hacer real el sueño de pisar un escenario de forma digna.

“La búsqueda es producir un pensamiento queer que sea disidente política, social y económicamente y que, al mismo tiempo, luche contra la precarización”,
concluyó Fifi Real.

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