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Falsa inclusión LGBTIQ+ en la Copa Mundial Femenina | Revista Colibri
Se dice que la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023 es “la más inclusiva de todos los tiempos”. Los titulares anuncian un récord de participantes de la comunidad LGBTTIQ+, alrededor del 12% de les jugadores/as se identifican abiertamente como homosexuales, no binaries, bisexuales o lesbianas, más del doble de quienes jugaron en la versión de 2019.
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Falsa inclusión LGBTIQ+ en la Copa Mundial Femenina

Por Kevin Vivas

Se dice que la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2023 es “la más inclusiva de todos los tiempos”. Los titulares anuncian un récord de participantes de la comunidad LGBTTIQ+, alrededor del 12% de les jugadores/as se identifican abiertamente como homosexuales, no binaries, bisexuales o lesbianas, más del doble de quienes jugaron en la versión de 2019.

Sin embargo, una cosa es ser parte de esta comunidad y otra es poder decirlo, porque deportistas kuir hubo siempre, pero dada la discriminación o el peligro de perder oportunidades en su carrera profesional, es un dato que se mantenía en privado. 

Así que se puede decir que más personas se pueden identificar públicamente en esta competencia como no heterosexuales o como personas no binarias, ¿que tendrá que ver esto con sus capacidades deportivas o el funcionamiento de sus cuerpos? Probablemente nada, pero el anuncio tiene relación con que la FIFA esté intentando dar una imagen de mayor diversidad e inclusión.

Este tipo de torneos internacionales cambian acorde al tipo de sociedades que lo conforman, necesitan de la aceptación pública: ahora, el público es más consciente y crítico. Hubo una gran polémica con el hecho de que la Copa Mundial de la FIFA 2022 se realizara Catar, un país donde la homosexualidad sigue siendo un delito.

En ese campeonato, varios equipos quisieron utilizar en sus uniformes un brazalete que mostrara el apoyo a la comunidad LGBTTIQ+ como acto político en la cancha, sin embargo tuvieron que retirar esta decisión cuando la FIFA amenazó con sanciones deportivas y multas a los equipos involucrados.

Esta prohibición continuó en la Copa Mundial Femenina, aunque esta tenga lugar en Australia y Nueva Zelanda, países que en su marco legal reconocen los derechos de esta comunidad y cuentan con leyes antidiscriminatorias. Al quedarse sin muchas excusas para justificar esta prohibición, la FIFA  diseñó ocho brazaletes coloridos con mensajes de conciencia social para que portaran las capitanas, ninguno de ellos admite explícitamente los derechos LGBTTIQ+.

Una verdadera diferencia en esta versión del mundial femenino es la astucia que mostraron sus participantes, que frente a estas decisiones prohibitivas, buscaron maneras de mostrar su apoyo y pertenencia a la comunidad.

La mediocampista de Nueva Zelanda, Ali Riley, pintó su mano izquierda con los colores de la bandera del orgullo gay y la derecha con los de la bandera trans. La delantera Thembi Kgatlana llevó en su cabello los colores del arcoíris en el partido de Sudáfrica contra Suecia. El estadio se iluminó con colores coincidencialmente parecidos a los de la bandera multicolor a medio tiempo durante el partido de Inglaterra con Haití.

https://www.thepinknews.com/2023/07/28/womens-world-cup-lgbtq-pride-onelove-armband/

Estas sutiles formas de resistencia muestran la no conformidad con las políticas excluyentes de esta federación, que irónicamente afirma querer “proteger a las mujeres” después de todos estos años tratando al deporte femenino como de segunda clase. “¿Ahora nos importa la equidad? ¿Ahora nos importan los deportes femeninos?”, se pregunta Megan Rapinoe, una de las caras más visibles del fútbol femenino a nivel mundial y quien muestra públicamente su apoyo a la la inclusión de atletas trans.

 

¿Y las personas trans e intersex?

Con bombos y platillos se anunció que debutó la “primera persona no binaria en un mundial femenino”. Vale traer de nuevo la reflexión, es la primera persona que puede identificarse como tal públicamente. Rara vez mencionan o expresan preocupación por los hombres trans o personas no binarias Asignadas Femenino al Nacer (AFN), sobre todo si no se encuentran en procesos de hormonización.

La discusión siempre va más sobre la inclusión de personas Asignadas Masculino al Nacer (AMN) en competencias femeninas, en esta copa no hay ninguna. En 2022 la Federación Internacional de Natación prohibió la participación de atletas transgénero que hayan pasado por “una pubertad masculina” en los campeonatos. En marzo de este año lo hizo la Federación Internacional de Atletismo y el pasado mes de julio la Unión Ciclista Internacional.

La filósofa Judith Butler afirmó en una entrevista de 2020 que este accionar se basa en miedos propios de cualquier sistema patriarcal: “Se asume que el pene es la amenaza, o que cualquier persona que tenga un pene que se identifique como una mujer está participando de una forma de disfraz vil, engañosa y dañina”.

Esto puede ser una explicación para prácticas como el mal llamado “gender check” (mal llamado porque no se puede saber el género de una persona mediante pruebas físicas) en equipos femeninos, en el que les jugadores deben mostrar sus genitales al personal médico y les piden no depilarse para ello, una particular manera de asegurarse de un “juego justo” en las competencias deportivas.

 

¿Qué pasa en Argentina?

La selección argentina no incluye a jugadoras trans en el plantel, pero hay tres futbolistas trans federadas que pueden jugar en equipos de Primera División. Para hacer posible esto deben pasar por largos trámites burocráticos (en los que pueden durar más de un año sin poder competir) y pruebas de medición hormonal, en las que deben tener un nivel de testosterona en sangre de 10 ng/dL, cuando los parámetros “normales” para una mujer cis están entre los 15 y los 75 ng/dL. A las jugadoras cisgénero no les hacen ningún estudio hormonal.

Tiziana Lezcano es la segunda jugadora trans en ser habilitada por la Asociación del Fútbol Argentino. En diálogo con Revista Colibrí afirma haber tenido que recurrir a bloqueadores de testosterona para poder alcanzar estos niveles hormonales tan bajos.

El fútbol es su pasión y afirma no encontrar esa “ventaja deportiva” de la que la gente suele hablar. Por el contrario, comenta que el uso de bloqueadores afecta su rendimiento deportivo. “Una chica trans en proceso de hormonización no saca ninguna ventaja, es puro sacrificio, entrenamiento, como todos, y si el día de mañana alguna chica trans llega a la selección lo habrá hecho por sacrificio”.

Acerca de las reglas restrictivas que imposibilitan su participación en competencias internacionales respondió: “Lo veo mal porque rompe ilusiones, porque si yo me quiero entrenar mucho para llegar a la selección no voy a tener esa oportunidad, y te da un poco de tristeza porque a eso es lo máximo a lo que toda jugadora aspira”.

 

Falso binarismo en los cuerpos

Es imposible desarrollar mecanismos adecuados para medir una categorización binaria del sexo, no existe tecnología científica que clarifique los límites entre los cuerpos femeninos y masculinos. Las pruebas y exámenes creadas por estas instituciones, clasifican bajo un conjunto de características que se han atribuido de forma artificial al concepto de hombres y mujeres. 

Los cuerpos masculinos y femeninos no son “naturales”, son sociales, culturales y por todo esto, mutables. Les atletas trans e intersex son el grupo más sujeto a discriminación y descalificación dentro del deporte por no seguir estos modelos estáticos que no admiten variaciones.

Sólo queda preguntarse por qué se buscan perpetuar las creencias dominantes sobre las capacidades atléticas dentro de competencias femeninas, ¿podría ser para justificar las abismales diferencias salariales? Quien sabe.

En algún momento de la historia y a punta de argumentos cientificos, también se subestimaba la capacidad intelectual de las mujeres cis y no se les permitía compartir espacios académicos con varones porque se hablaba de que su cerebro era diferente. 

Estos mandatos están cargados de un sentido común que repercute en estas identidades también por fuera de la cancha, donde la feminidad se equivale a la debilidad, a la sumisión y a la pasividad. Es hora de una revolución corporal que demuestre que esta brecha tampoco existe.

Mini bio del autor: Le causan repulsión las cajas, los límites, lo estático, lo predecible y determinado.
Por eso nunca puede describirse, porque le repugnan las palabras que le obligan a cumplir con un papel que aunque hoy le defina, mañana tal vez no quiera interpretar.

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